Alaric McCabe siempre ha estado dispuesto a sacrificarse para defender los derechos de los suyos; por ese motivo ha aceptado desposarse con la hija del laird del clan vecino. Pero cuando se dirige hacia las tierras de su prometida, Alaric y sus hombres caen en una emboscada y son dados por muertos.
Keeley McDonald fue traicionada por personas de su máxima confianza y desde entonces vive apartada de sus seres queridos. Cuando Alaric se desploma herido delante de su casa, ella acude en su auxilio y promete cuidarlo hasta que se recupere, sin pensar que su ofrecimiento pondrá a prueba su capacidad para resistirse al deseo que el guerrero escocés le provoca.
Maya Bans es una autora tejana a la que ya todos conocemos. Llego a nosotros a través de dos series, una de ellas contemporánea y otra de Higlanders. Bien esta es la segunda novela de la trilogía McCabe. Es una novela que continua con algunos hilos argumentales de la novela anterior y aporta otro personaje en discordia. Es una novela muy bien narrada, mantiene la elegancia y la exquisitez de la anterior si bien la historia no me ha llegado tanto como la novela anterior. No me malinterpretéis la novela me ha gustado bastante pero aunque Alaric es un personaje que me gustaba no me he sentido atraída por su historia sino por el destino que tendrían dos personajes secundarios: su hermano Caelen y Rionna.
Comenzamos la novela con Alaric dispuesto a sacrificarse por los suyos en beneficio de su clan y casarse con Rionna, la hija de un clan vecino. Justo en el momento en que sale con sus hombres para pedir la mano de Rionna es atacado y malherido. Es así como se encuentra con su ángel guardián. Una mujer llamada Keeley que se encarga de prestarle auxilio y cuidar sus heridas. Alaric es un hombre apuesto, entregado a su clan, leal y un hombre muy responsable y conocedor de su deber. Ante todo es un hombre de honor. Keeley es una joven que vive en una cabaña, completamente sola y alejada del clan que la vio nacer los McDonald. Es una joven hermosa, apasionada, justa y leal.
La relación entre ellos comienza como enfermo y sanadora. Para Alaric ella es el ángel que le salvo la vida. Para Keeley el ser llevada con el clan McCabe supone comenzar su vida en un nuevo hogar donde podrá empezar de cero y donde sobre todo es bien recibida. Aunque ninguno de los dos puede medir las consecuencias de su encuentro y de su posterior convivencia dentro de los muros del castillo McCabe. La historia de amor entre ambos esta llena de maleténdidos propiciados por la expusión de Keeley del clan McDonald, y también por las miradas furtivas. Alaric sabe que debe cumplir su deber pero estará dispuesta a hacerlo y dejar su corazón a un lado.
Como ya os he dicho esta la historia que me menos me ha gustado de la trilogía, quizás porque la historia de Alaric y Keeley me ha parecido mucho más predecible que la anterior. Y aunque han tenido que luchar contra inconvenientes para estar juntos no me ha llegado a entusiasmar. Keeley como personaje femenino no me ha llamado la atención. Y su historia de amor con Alaric no me ha llegado a emocionar. En mi opinión le falta algo de chispa.
En conjunto la novela es muy buena porque además de la historia de Alaric podemos ver a Ewan como laird y a Mairin completamente embarazada y volviendo loco al clan de su marido. También podemos ver a otros dos personajes que me llamaron poderosamente la atención: Caelen y Rionna. Esta pareja es la que más me ha atraído. Caelen es un hombre parco en palabras, leal, sincero, crítico con todo el mundo y nada proclive a enamorarse. Rionna es una joven insegura, que ha encontrado la seguridad en si misma a través de un arma, la espada. Su novela promete ser muy interesante.