El martes teníamos cita en el centro de atención temprana para hacerle seguimiento a Valeria. Su primera visita fue en diciembre y la conté aquí.
Esta vez la iban a ver la pediatra y la trabajadora social, no tocaba psicóloga. Llegamos puntuales, y nada más entrar Valeria empezó a llorar y llorar... anda molesta con un diente y creo que le debió de dar un pinchazo, le ofrecimos el biberón y no quiso comer, papá la paseó un poco y se le pasaron los llantos.
En ese momento salió la pediatra, encantadora, muy sonriente, hablándole a Valeria, saludándola, tomando contacto, en definitiva. Me parece súper importante que cada cosa que hacen estos profesionales es con un sentido, uno puede pensar que saludan al bebé porque son niñeros y etc, que también, pero con cada cosa que hacen están evaluando al niño, sus reacciones, su desarrollo, de una manera súper sencilla para el bebé, les hacen colaborar casi sin darse cuenta.
Me preguntó si Valeria se sienta sin apoyos, le contesté que sí. Si ya gira de boca arriba y boca abajo y a la inversa, eso lo lleva haciendo mucho tiempo. Si se arrastra, si gatea- sí, no- qué come, cómo duerme... después nos pidió que la dejáramos en una mesa en pañal.
La sentó en la mesa, frente al espejo. Valeria se veía y se reía, le gusta mucho verse en el espejo, no sé si es consciente de que es ella o solo le gusta lo que ve. Después la pediatra le dio la vuelta y la sentó de frente a ella. La empujó suavemente por los lados, por delante y por detrás a ver si Valeria mantenía el equilibrio, lo hizo. Después la tumbó boca arriba. En casa se pone automáticamente boca abajo, pero allí y por esas cosas de la vida, no quiso girarse, estaba fascinada mirando a la pediatra y no hubo manera, ni siquiera poniéndole juguetes a los lados. La pediatra la puso boca abajo y automáticamente Valeria se puso en posición de gateo y empezó a bambolearse. Después se puso a cuatro patas, apoya los pies en el suelo y levanta el culo, se ve muy graciosa porque se queda bamboleándose en esa posición. La pediatra se sorprendió muchísimo de que hiciera eso, es muy pequeña aún!
Después hizo algunos ejercicios con ella para ver sus reflejos, fuerza muscular, etc. Todo bien. por último, le ofreció juguetes. Valeria no se centraba, pasaba de un juguete a otro y no se decidía por ninguno. Luego cogió uno con una mano y lo agitaba. La pediatra le puso otro en la otra mano y trató de que los agitara a la vez, pero Valeria se ponía nerviosa y a toda costa quería soltar uno de los dos.
Nos dijo que la niña está súper bien a nivel motriz, que hace cosas que no debería de hacer para su edad, como lo de ponerse a cuatro patas, y que aprovechemos ese potencial que tiene. Que la pongamos mucho en el suelo e intentemos enseñarle como pasar de estar boca abajo a sentada (casi lo hace sola, le queda quitar la mano que deja de apoyo) y a gatear. Que no cree que tarde mucho, pero que aún le falta un poco y que intentemos motivarla con eso. Que no la pongamos de pie, no se lo fomentemos, porque Valeria disfruta estando de pie, pero interesa que gatee. Que si se levanta ella perfecto, pero que nosotros no la ayudemos.
Tenemos que trabajar lo de coger un juguete con cada mano, agitarlos a la vez y chocarlos en el centro. Yo, la verdad, ni me había parado a pensar en eso, así como sabía que el gateo es importante, no se me había ocurrido que esto fuera un hito a lograr. Y también tiene que trabajar el lenguaje, porque si bien no calla en todo el día, aún no repite sílabas, el típico ba-ba-ba, pa-pa-pa. Que se lo repitamos mucho.
Pero en definitiva, que la niña está súper bien y que nos vemos después del verano.
Luego tuvimos una entrevista con la trabajadora social, muy amable y sonriente también. Volvimos a hablar acerca de lo nerviosa que es Valeria, y nos comentó que estadísticamente los niños prematuros son súper inquietos y que lo único que podemos hacer es tener paciencia y darle tiempo.
Así que salimos muy contentos de la visita, vamos superando etapas!