No soy muy de sacar fotos a las flores, y no es por no agacharme, sino que me gusta verlas, pero no me seduce fotografiarlas. Sin embargo, en el mes de abril vi las bases de un concurso de fotografía en la universidad y el tema era las plantas del Campus de Bizkaia. Como a lo largo de la semana estando en Leioa tengo varias horas libres, un día me lleve la cámara para darme un paseo por las zonas verdes por si surgía la inspiración.
Paseaba y paseaba, e iba de flor en flor como las abejas cogiendo polen, pero no conseguía ninguna foto de la que sentirme orgulloso para mandarla a concurso alguno. En una de estas que estoy encaramado en una ladera haciendo fotos a un grupo de flores, cuando me incorporo veo a mi izquierda otro colectivo de flores rosas, pero las descarto y me empiezo a ir. Sin embargo, al girar la vista, de refilón veo un pequeño caracol metido dentro de una flor y me dije “esta es la foto”.
Me agaché y me aproximé a la flor con el conversor macro colocado en el objetivo intentando enfocar al caracol en su siesta primaveral. No resultó fácil, porque el viento era casi constante y no me facilitaba las cosas. Después miraba el resultado en la pantalla y no me gustaba, así que volvía a probar, una y otra vez. Hasta que conseguí lo que buscaba, que el caparazón del animal quedará enfrascado dentro de la regla de los tercios para darle más fuerza a la imagen. Finalmente el resultado ha sido el segundo premio del I Concurso Fotográfico de Plantas Fascinantes.