En un alarde de sensatez escribiré un imaginario diálogo.
– Buenos días señores independentistas.
– Bon día señora.
– Hablaré en castellano, sin pedir permiso a sus señorías ya que en la Constitución republicana redactada por vosotros se decretan tres idiomas, catalán, castellano y aranés.
Sorpendente y exactamente cómo es hoy en día.
Se me ocurre que para este viaje no hacían falta alforjas…
– Segurament…
– Quisiera darles la razón, porque pueden tenerla ¿o no?. Para ello necesito entender los inicios de vuestro pensamiento.
– Nosaltres pensem que la nostra terra té desigualtats amb altres regions de España. Volem tenir les nostres contes y els diners.
– ¿ Podría ser un tema de cooperativismo que no os agrada?
– Ès una bona visió. No volem “ café para todos “.
– Tenéis razón, ya lo vaticinan los politólogos que el estado de las autonomías es muy caro, es erróneo y será en poco tiempo inviable. Una mala solución.
– Doncs nosaltres aprofitem que som rics per obrir aquesta via de l’ independència.
– Sois unos adelantados. Pero parece que aún no fueran mayoría ¿ no?
– Quan es decideix fer rebelions, aquesta es la dels somriures, no calen grans consensos.
– ¿Es una rebelión?
– Mes o menys. Amb el grapat de gent al carrer tenim la certessa d’ anar pel bon camí.
– ¿ Quizás este volumen de gente les encandila la conciencia? ¿ O no?
– Estem decidits a declarar l’ independència, amb tots el entrebancs economòmics, laborals i polítics.
– ¿ Supongo que habéis sopesado todo?¿ O es un anhelo?
– Estem lluitant per la República.
– ¿ Es posible que ahora no sea oportuno? ¿ Si aplican el 155, qué pasará?
– Estem motivats i resistirem.
– ¿ Y los que no?
– No ès un problema nostre.
– ¿ Podría ser que todos estemos equivocados?
– Segurament…