

Queridos seguidores y amigos, tras unos meses fuera de mi vivienda habitual, por motivos de mi trabajo, me reencuentro de nuevo con todos vosotros ante la pantalla de mi lento, lentísimo ordenador (…debo agenciarme uno nuevo…¿alguna sugerencia? ¿Apple? ¿HP?...) y con ganas de contaros cosas. ¿Sabéis? La escritura tiene la virtud de proporcionar al que la practica una sensación de bienestar difícil de igualar con otras disciplinas. Es capaz de sedar al más estresado; de calmar al más inquieto; de hacer feliz al infeliz; por eso la echaba tanto de menos en estos meses en los que otras ocupaciones me han mantenido alejado de mi página en blanco y mi bolígrafo…sí, el que utilizo para escribir mis historias y que, para mí, tiene un significado y un recuerdo especiales. Hoy, de nuevo me encuentro junto a vosotros, a los que me gustaría veros a través de otros ojos…así lo cuento en “Seguro que sabes quién soy”; historia romántica que ya conocéis ( en las entradas de 10 de marzo, 25 de julio, 15 de septiembre y 17 de noviembre de 2012 y 12 de enero y 10 de agosto de 2013, podréis encontrar partes de ella) en la que a través de unas adivinanzas se llega a un final que se intuye pero que no se termina de adivinar. Verónica G. Valencia (reservados los derechos de autor), (http://laverovalencia.blogspot.com.es/) ha sido capaz de reflejar en imágenes la ternura y la dulzura que intenté plasmar con mis letras. Gracias, amiga Vero, una vez más, por tu arte prestado; por tu sensibilidad encontrada en una cafetería; por tu gusto por la belleza... Es para mí un verdadero orgullo compartir proyecto contigo, ya lo sabes.Sí, me gustaría con vosotros saber de vosotros y…cuando no estéis aquí conmigo, veros a través de otros ojos…me gustaría captar vuestros sentimientos cuando os enfrentáis a mis historias, que son las vuestras; saber qué os trasmito y qué, queriéndolo hacer, no soy capaz de darlo. Esto es lo que interiormente porta este cuento que empezó siéndolo y a medida que se iba escribiendo fue mutando a una historia para más que pequeños, y terminó, sin pretenderlo, en una historia romántica. Espero que la disfrutéis a través de mis letras y las ilustraciones de Vero, recorriendo las entradas que os he resumido antes.Abandoné ya ese mar, cuya fotografía adorna como fondo esta ventana, y me encuentro feliz de estar de nuevo con vosotros y de poder una vez más acercarme a vuestros rincones y brindaros lo que escribo.Estoy feliz, de nuevo, entre mis ilusiones.Buenas noches, querid@s.José Ramón.
"Me gustaba contigo saber de ti…
Me gustaba sin ti, verte a través de otros ojos…"
