Se nos acabó Mad Men, tras siete temporadas en antena en las que fuimos testigos de cómo el protagonista se iba hundiendo en un lodazal que el mismo se había fabricado. Nos sorprendió, pues creíamos que acabaría emulando a la cabecera de su serie, que ese sería su final, pero no fue así. Su propia creatividad le permitió resistir y rehacerse. Al fin hemos visto a Don Draper esbozar un atisbo de genuina felicidad en su rostro, nos deja pues, siguiendo su propio camino tras deshacerse del lastre de sus vidas anteriores.
No es la primera vez que tenemos que despedirnos de una serie apreciada a nuestro pesar. Los de mi generación experimentamos el primer disgusto seriefilo con la fulminante conclusión de David el Gnomo, en lo que en algunos casos debió ser algo cercano a lo traumático, o por lo menos un berrinche de los gordos con sudor, lágrimas, e infantiles improperios, pero eso es otra historia.
Hace no mucho también debimos despedirnos de Greg House y su equipo, tras acostumbrarnos a sus borderías, que fueron mucho más allá que las proferidas por otros insociables médicos como en las series Becker o Scrubs. House fue una serie que rompió con el concepto de los médicos que salían en pantalla, hasta la fecha buenísimos y preocupadísimos por la comodidad y bienestar de sus pacientes y de todo bicho viviente en general. Una gozada verlo lidiar con los empleados, pacientes, y con sus jefes. Puñetero House, lo que nos hiciste disfrutar.
Ahorabien, con la cantidad de series y la alta calidad de ellas que existen hoy día, podemos consolarnos de la marcha de tales personajes, aunque esas series nos van a hacer esperar. La segunda temporada de Daredevil y la cuarta de Sherlock, por ejemplo, no las oleremos antes del año que viene. Al igual que otras que se estrenarán como pronto a final de este año, como Jessica Jones. No soy seguidor de Juego de tronos porque ya llego tarde para embarcarme, y con cuatro temporadas me voy a aturullar, así que ni lo intento. Para consolarme de la despedida del personal de Sterling Cooper y mientras llegan las nuevas series y temporadas de las ya iniciada, revisitaré viejos amigos volviendo a ver Los Soprano, The Wire, House, e incluso recaeré en el pecado de Mad Men.
Don Draper, esperamos que tu nuevo camino te llene al fin, así como tus vivencias y las de tus compañeros de agencia llenaban a tus espectadores.