Revista Talentos
todos los filósofos de a peso sentados alrededor de la fogata en la playa esa noche con guitarras y cervezas. estábamos echando al fuego todos los diccionarios y los manuales técnicos y la hoguera ardía feliz y crujiente bajo las estrellas de una noche tropical con nubes largas y flacas relamidas por el viento hasta la anorexia y con horizontes que se negaban a renunciar a esos tonos violetas rosáceos que son un amor.
comenzamos el concurso. el primero dijo ' no lo importante no es el destino sino el camino' y hubo aplausos y hurras. el segundo dijo 'no estoy de acuerdo contigo, pero moriría por defender tu derecho a dar tu opinión'. hubo menos aplausos, hubo incluso algunos bús. pero, entrechocamos botellas y bebimos otro trago.
unos segundos de silencio nos permitieron escuchar el crepitar de la hoguera, el oleaje sobre la playa y el aleteo de los pipistrelos entre las palmeras.
entonces dije 'la verdadera salvación es volver a la naturaleza'. fue cuando tuve que huir pues decidieron echarme al fuego.
los filósofos de a peso no tenemos sentido de humor.