“Quién te ha visto, y quién te ve “
Cuando tenia 16 años soñaba con tener el primer beso, hacer el amor, casarme, tener hijos y tener una vida feliz propia de cuentos de hadas… Con él. Pero entonces él se fue y descubrí los poemas baratos, el dolor en el estómago eterno y la frustración intensa de saber realmente que no existían los cuentos de princesas ni los finales felices… La vida real me dio la bienvenida de lleno, con una bofetada acompañada de una jarra de agua bien fría.
Antes, la palabra normal metida en mi cabeza significaba una pareja estable y años viviendo juntos para acabar en matrimonio. Ahora lo normal es salir con otras personas a corto plazo sabiendo que mas tarde o mas temprano ellos te darán una patada en el culo, o tú se lo darás a ello. Qué rápido ha cambiado el cuento.
Antes la pareja la encontrabas a través de amigos, lugares de ocio o trabajo. Ahora es mas normal encontrar a tu compañero de viaje dando un paseo por el badoo, el meetic o los chat con olor a colonia de 1 euro. Ahora es mas normal encontrar el amor de quita y pon, como los tapones de plástico de refrescos baratos. Amigos con derecho a roce que se ponen celosos si tu compartes cama con otros que no sean él, pero son realmente felices compartiendo sus sabanas con otras damiselas que no llevan tu nombre.
Nadie se quiere quemar en un fuego eterno, ni tan siquiera entre unas pocas llamas o una fogata ya apagada. Nadie desea querer al 100%, siempre se guarda un as en la manga para evitar que te hieran o te rasguñen. Todos nos protegemos a nosotros mismos sea el caso que sea, y si hablamos en el momento de enfrentarte al amor, más aún. Siempre es mejor tener tu artillería bien preparada y un buen escudo de protección, para herir primero al enemigo y protegerte de sus ataques.
Pero claro…Siempre existe el riesgo de que se presente sin ninguna arma. Y ese es el momento en que te desarman del todo.