Llega septiembre y las empresas retoman las fotografías corporativas de grupo. Nuevos proyectos, nuevas contrataciones, nuevos grupos de trabajo hacen que las empresas realicen sesiones fotográficas para crear nuevas relaciones y un buen ambiente laboral. Además como una fotografía vale más que mil palabras para compartir en las redes sociales sus avances y nuevas adquisiciones utilizan dichas capturas que ofrecen un aire fresco, cercano y juvenil.
Como en cualquier sesión crear un clima de confianza y confort no sólo agiliza el trabajo si no que los resultados serán más naturales y de mejor calidad.
Profesional o alternativa
En primer lugar, debemos conocer la empresa, qué tipo de imagen corporativa tiene, en qué sector trabaja, su filosofía, sus tipos de cliente y en base a dicha información comenzar a componer. Si la empresa es del sector de la publicidad una fotografía más alternativa y divertida será una gran opción, sin embargo, si trabajo con un banco, la imagen debe ser cerca, profesional y de confianza. Por norma general, la mejor opción es mostrar un ambiente de trabajo profesional e informal. Por ejemplo, fotografías en exterior o en la sala de juntas pero desde ángulos o con encuadres modernos.
Chema Sanmoran
El fotógrafo como director
Los empleados no sabrán bien como ponerse, donde mirar y parpadearán a destiempo. Por ello, el fotógrafo debe dirigir: explícales cómo deben hacerlo y la cuenta atrás para hacer disparar la fotografía suele funcionar.
No te la juegues
Dispara en modo ráfaga y raw para aumentar las posibilidades de que todos salgan bien y de poder retocar aquello que hubiera que mejorar. No te están pagando por una fotografía de autor, si no por fotografías de grupo donde lo importante es que todo el mundo salga bien y transmita profesionalidad.
¿Os ha gustado? ¿Qué consejo aportarías?
Mañana trataremos la segunda parte de este proyecto, ¡No te lo pierdas!