Nadie debe adueñarse de nuestros sentimientos, es difícil lograrlo porque queremos poder compartir esos sentimientos, pensamientos, valores, acciones, decisiones, etc. Pero jamás comprometas aquello que es intrínseco a vos, por de ahí sale todo lo mejor y sobre todo nace la felicidad... Sí parte así, sin depender, el compartir llega y lleva a la plenitud del encuentro en cualquier circunstancia.