A comienzos de este año, en el mes de enero, Manuel Preciado se iba del Sporting entre las lágrimas del Presidente del club y las de los aficionados que le esperaban a la salida. Allí, entre aplausos, aún resuenan en nuestros oídos sus palabras «Lamento si hice algo mal, seré de este equipo toda mi vida. Seré socio del Sporting hasta que me muera». Desde luego, nadie podría imaginar que ese “hasta que me muera” pudiese ser tan cercano.
Manuel Preciado seguirá siendo un asturiano de adopción, un socio eterno del Sporting de Gijón, -club que le debe muchos momentos de alegría e ilusión-, un hombre especial que supo aportar su vitalidad, su optimismo y sus ganas de vivir a todos los que tuvieron la suerte de conocerle.
¡Hasta siempre, Manolo!