Pero las incoherencias son coherentes. Aunque no tenga sentido mi juego de palabras estúpidas y narcisistas.
El monte crece demasiado rápido para mis débiles ojos, y el aleteo de los colibríes suena tan distante que casi se pierde en los sonidos imperceptibles del universo. Mis pies un poco hinchados por la inmovilidad piden a gritos un nuevo masaje, aunque no hayan pasado más de un cuarto de día de que hicieron uno.Pero los masajes o ayudan en el dolor interno del alma.Los pasos que retumbaban aparecen más cercanos, más audibles. Siento como el viento alborotas los cabellos haciendo que se vuelvan una maraña de color blanco.—No es necesario, estoy bien. —Murmuro, porque sé que cada vez que aparece solo desea saber cuándo me iré.—Yo solo quería verte.No respondo.Él se mueve impaciente, sus ojos de color tormenta me miran suplicantes, temerosos de mi respuesta. Está ansioso, con hambre de acabar con esto de una buena vez.Un pequeño cuento que me rodaba en la cabeza. Ni siquiera se si esta terminado o no, pero me pareció justo compartirlo :3