Sermones e indiferencia.
-¡Hermana! –Te dije con sorpresa –Hacía tiempo que no te veía, dime, ¿Dónde te habías metido todo este tiempo?
-…
-Sí, supongo que los muertos no tendrían mucho que decir al respecto –sonreí.
-No has cambiado, ¿no?
-En realidad… eres tu la que no ha cambiado, e inclusive ahora… te preferiría más cuando usabas lentes.
-Sí, recuerdo que siempre te gustaron, pero igual y ese no es el punto.
-¿Es que acaso vienes a recordar?
-¿Recordar?
-Sí, a hablar de los viejos tiempos o cosas así.
-No… en realidad vine a hablar de ti.
-¿De mi?
-Sí.
-Otro sermón supongo.
-Sabes bien que no vendría si no fuera necesario ponerte un alto.
Suspiré.
-Sí, los amigos siempre están cuando los necesitas, ¿No es así?
-Esto no es un juego –dijiste molesta.
-No, probablemente no, pero igual se me hace divertido.
-Estás muy altanero ¿No crees? Creo que ya es hora de irle bajando a tu actitud.
-Si tanto te molesta entonces ven y detenme, ¿O es que acaso no venías a controlarme?
-…
-Eso pensé.
-Realmente estas siendo más odioso que todas aquellas veces.
-Sí, desafortunadamente no me importa, igual ya no soy el mismo chico que conociste, así que no deberías perder el tiempo conmigo.
-¿Perder… el tiempo? ¿Acaso te volviste loco?
-No lo se, es decir, te estoy viendo en este instante, así que quizás y si me he vuelto loco, ¿Acaso eso importa?
-¡Sí! –Gritaste –Sabes muy bien que esto no esta bien, sabes muy bien que tu no estas bien así.
-¿Y tu si lo sabes porque…?
-¡Porque te conozco!
-Vaya, otra persona más que asegura conocerme.
-Basta, deja de hablarme en ese tono.
-No.
-¿Quien diablos te piensas que eres?
-Quien a mi me de la gana.
-¡Basta!
-Ahora que lo pienso, jamás he podido recordarte diciendo mi nombre, es decir, tú y yo éramos como hermanos y los mejores amigos, pero aún así… no logro recordarte llamándome por mi nombre ni una sola vez.
-Claro, pero a cambio tuvimos mil apodos, ¿No es así?
-Sí, pero yo recuerdo haberte llamado muchas veces por el tuyo.
-Porque a pesar de todo… nunca pudiste dejar de lado ciertos formalismos que usabas como muro. Ahora, ¿me dirás que te sucede Salem?
-Salem… tenía mucho que no escuchaba ese apodo, pero preferiría que no me llamases así de nuevo.
-¿Por?
-Porque los tiempos han cambiado y ya no soy el mismo de antes, inclusive mi nombre no es el mismo, porque ya no uso el primero, sino el segundo desde hace años.
- Om…
-No, no te atrevas a decirlo –te interrumpí –ese nombre no te corresponde, tu tiempo se detuvo en el anterior, pero aún así… ya no hay cabida para ti en este instante, así que no me llames por ningún nombre, ni por el presente ni por el pasado, porque tu ya no tienes futuro en esta historia.
-Ya veo, así que nuevamente estas intentando eliminarte, ¿No es así?
-No, simplemente intento retomarme y aceptarme como realmente soy.
-¿Retomar que? ¿El camino que llevabas cuando te conocí? ¿Aquel camino donde nada te importaba y tus emociones habían sido eliminadas al igual que tus recuerdos?
-No… porque aquella vez, el chico que conociste, si bien eliminó sus emociones y recuerdos… al menos conservó las ganas de no ser sino una persona más buscando algún fragmento de luz bajo el cual resguardarse, pero todo ello no era sino un deseo acarreado por el amor a otras personas y el buscar hacer lo correcto para que otros lo mirasen, así pues, ese chico era solamente una farsa enmascarando otra farsa, pero ahora… ahora las cosas han cambiado, porque mis ojos son mejores, porque puedo verlo todo con mayor claridad que antes.
-¿Y como se mira el abismo desde ahí?
-¿El abismo? ¿Y tú vienes a preguntarme eso? Por favor, eres la persona que menos derecho tendría de mirarme de ese modo, porque tu cobardía te llevó al abismo mucho antes ¿No es así?
-…
-Eso pensé.
-¿Como se siente la falta de luz?
-Asumo que no tan mal como se sentía el rechazo –sonreí con malicia.
-La falta de luz… eso explicaría tus ojos más vacios que antes y esa aura tan fría y llena de oscuridad. Ni si quiera cuando te conocí estabas tan lejos de todo y tan ausente de ti. Tu arrogancia te esta carcomiendo despacio.
-La oscuridad a la que tanto temes, no es sino una contraparte de a luz, y así como muchos se ahogan en las sombras y respiran en la luz, otros tantos nos ahogamos en la luz y respiramos en las sombras.
-¿Cuanto más planeas ensuciarte?
-¿Consideras sucio que yo pueda vivir sin nadie?, ¿Que los convencionalismos no me importen porque no son la felicidad sino un montón de reglas que inclusive nunca sirvieron para amar o enamorarse? El amor se siente, no se aprende, y no se busca, se encuentra por si solo y cuando menos te lo esperas, no se piensa, se siente y vive, pero en este mundo… Todo importa más que ello, porque todo es consumismo, poder, y miedo, porque importa más el dinero y la comodidad que el amor, porque importa más el que más puede que el que más quiere, porque el miedo a quedarse solo puede más que las ganas de realmente ser amado. Dime, ¿Es que acaso la oscuridad es más sucia que la luz? Porque en esta oscuridad aún soy más incapaz de mentir que aquellos que buscan luz, porque en eta oscuridad mis ojos miran de mejor forma el amor que aquellos que lo buscan, porque en esta misma oscuridad… se que ser diferente me hace infinitamente superior, porque al menos aún respeto lo que soy y lo que quiero en vez de simplemente sacrificarlo para ser como el resto, porque el cuerpo no es un adorno sino algo que debe ser siempre respetado, pero en estos tiempos… es quizás lo mínimamente respetable, porque en las nuevas ideas de libertad hemos caído en libertinaje, porque si hubiera un poco más de respeto personal… entonces no estaríamos regalándonos al primero que pasa por la calle y nos hace una promesa de comodidad y libertades.
-¿Y si te equivocas?
-¿Y si no?
-El mundo cambia, evoluciona y avanza, no puedes simplemente cerrarte.
-¿La luz es ser una marioneta con pensamientos basados en el miedo y el libertinaje? Porque lo que yo veo es a mucha gente buscando ser amada sin pensar en amar al otro o al menos amarse a ellos mismos. Lo que yo veo es gente comprando gente y gente aceptando por no quedarse solos. Lo que yo veo es a gente entregándose por dinero o placer y sin pensar en el auto respeto, porque las prostitutas y prostitutos al menos cobran por el placer que dan y quizás reciben, pero… ¿Y que hay de los que en estos tiempos lo hacen de a gratis?
-Tu forma de mirar al mundo…
-¿Acaso esperabas que mis ojos se centrarán solamente en lo bonito?
-Superficies… tú eras ciego.
-Aún soy ciego, porque no soy superficial, sino pensante y profundo.
-¿Cómo es no sentir?
-¿Y me lo pregunta una persona inexistente?
-Sabes a que me refiero.
-No es que no sienta, es solo que no me prestaré a ser de quien no me merezca, porque si quieres algo, debes dar algo de igual valor, y con esto no me refiero a vienes físicos, sino a la igualdad en una relación, porque no planeo regalarme a lo que el otro pida sin exigirle lo mismo como complemento. El amor no es una excusa ni un arma, sino un mutuo acuerdo, así que debe haber igualdad en todo aspecto.
-A veces realmente pareces demasiado viejo.
-Nunca me he sentido joven y además estoy algo agotado.
-Debe ser la falta de sueño.
-No… la verdad es que siempre me he sentido así.
-¿Y entonces… esta actitud tuya es lo que consideras correcto?
-¿Correcto? ¿Qué es realmente correcto en esta vida?
-Relatividad… siempre odiaste ello, y sin embargo ahora lo utilizas.
-No, no te confundas hermana, la relatividad sigue sin interesarme, más bien… creo que las reglas han cambiado a placer de los tiempos y conveniencias, porque aquello que antes defendían… ahora es lo opuesto a lo que defienden.
-¿Y tu?
-¿Yo?, yo simplemente defiendo lo mismo que he defendido siempre.
-¿Y es que acaso piensas que con esa actitud cambiarás al mundo?
-¿Cambiar al mundo? No, no, esto no tiene nada que ver con ello, el mundo no me importa, es solo que tampoco tengo ganas de convertirme en un hipócrita conveniente.
-¿Y es mejor ser un infeliz que un hipócrita?
-Sí, porque en realidad un hipócrita tampoco es feliz, solo finge serlo, y al final del día, quizás todos esos son peores que yo.
-¿Cuanto más seguirás hiriéndote?
-Cuanto haga falta, pero a decir verdad… no considero estar hiriéndome, quizás lo sientes así porque aún te recuerdo al chico aquel que conociste hace tiempo, ese que llevaba una herida inmensa en el corazón y la cubría con sus dos manos para que nadie la viera y no tuviese que tomarse de otra persona para continuar su camino. Pero ahora las cosas son diferentes, porque ya no estoy cubriendo mis heridas, sino aceptando las cosas de este mundo como son.
-¿Cómo son? –Me interrumpiste –¿Aceptarlas como son es dejarte absorber por la oscuridad?
-Tú piensas que es dejarme absorber, yo por otro lado, pienso que más bien estoy aceptando ambos lados de la moneda, porque no pretendo escapar de tu mundo, pero tampoco pretendo ignorar el mío.
-¿Ah no? ¿Y entonces porque sigues alejando a las personas? ¿Por qué sigues descartándolas y mirándolas por debajo? ¿Por qué estas solo a estas alturas? ¿Por qué sigues caminando sin dar la mano?
-Me aburres.
-Sí, pero claro que te aburro, porque a nadie le gusta escuchar las verdades, ¿No es así?
-No, en realidad me aburres porque de hecho me aburres, tu forma de pensar es tan simple como la de todos, tan burdamente simple, tan simplemente hueca.
-¿Y la tuya?
-No lo se, pero igual y puedo contestarte todas tus preguntas.
-¡Hazlo!, hazlo si en verdad eres capaz.
-Las alejo porque me aburren, porque no me son interesantes ni me sirven para nada, porque no necesito a nadie sino a mi mismo, además, no me gusta conservar vínculos inútiles. Las descarto porque no me causan nada, y solo las miro por debajo cuando sus egos exceden la verdad de sus intelectos, porque no me gusta la gente que piensa demasiado de si misma y se burla del resto, porque si bien mi ego es grande… al menos yo no voy por ahí haciendo menos al resto, porque de todas formas no me importan tanto como para mirarlos de un modo especifico. Estoy solo porque no hay nadie que pueda realmente caminar a mi lado y estar bien, porque al parecer soy una especie venenosa. Y no es que no de la mano, porque más bien siempre la he dado, es solo que como dije antes, no planeo quedarme donde no sepan como tenerme.
-¿Y Sabes tu como tener a los demás?
-Sí, el ser humano requiere poquísimas cosas para ser realmente feliz, el lio es que ellos mismo no saben respetar en los demás lo que ellos exigen para ellos mismos, así que sí, yo si se como tener a los demás, pero desafortunadamente… no sirve si solo es un lado el que lo aplica.
-¿Y yo supe tenerte?
-Mmm… no sabría responderte eso, porque a final de cuentas… tu y yo nunca pusimos reglas entre nosotros, es decir, hacíamos lo que se nos diera la gana el uno con el otro y jamás nos quejábamos de nada, porque esa era nuestra completa libertad.
-¿Y ahora eres libre?
-Quizás no del todo, pero si bastante más que antes, porque aún contigo… jamás fui del todo libre, porque inclusive tu no eras suficiente para llenarme por completo.
-¿Y ella?
-¿Ella? Asumo que hablas de…
-Sí, no hace falta que digas ni su nombre.
-No lo se.
-¿No lo sabes?
-Nop.
-Pero si aquella vez se veían bastante bien juntos…
-Probablemente sí, pero igual no tengo una respuesta, porque jamás pudimos comprobarlo.
-¿Sabes que siempre te quise feliz y con alguien especial no?
-Sí, aún lo recuerdo, pero sería mentira decirte que he pensado mucho en ello.
-¿Me dirás que no quieres ser feliz?
-En realidad… soy bastante feliz con las cosas más simples que podrías pensar. Lo único que necesito es algo de paz, lo demás llega solo.
-Pero la soledad…
-Por favor, no me hables de la soledad como si tú supieras algo al respecto, porque cuando tú me conociste, yo estaba inclusive más solo de lo que tú lo estabas.
-Y aún así no le temías a la soledad.
-Y aún ahora no le temo, porque siempre he estado solo a pesar de las personas, porque realmente es más fácil todo de esa forma.
-¿En verdad lo piensas así?
-Inclusive tú te fuiste, ¿No es así?
-…
-Calma, no te estoy reprochando nada en absoluto. La verdad es… que ello no me interesa en lo más mínimo.
-Realmente has cambiado, pero no se si enorgullecerme o preocuparme por tu suerte.
-No deberías preocuparte, he lidiado con mi propia suerte toda la vida, y nada ha salido como esperaba, pero a final de cuentas todo es asunto mío y yo mismo me haré cargo. Relájate, yo siempre estoy bien.
-No… tú solías enmascarar todo utilizando esa frase, pero eres un pésimo mentiroso.
-Sí, siempre he sido malo contando mentiras, y en cierta forma eso me enorgullece, porque solo puede significarse que no tengo la suficiente practica en ello.
-Sí, tú regla de total honestidad.
-Soledad, oscuridad, el abismo… todas esas cosas ya no son algo de lo que debas preocuparte, porque este ya no es tu sitio ni yo el mismo chico de antes. Yo aceptaré las cosas una a una a mi modo, sin nadie que me detenga, porque quizás nadie vale lo suficiente para ello.
- Te perderás de nuevo, solo que esta vez… estoy segura de que acabarás en el fondo si no te cuidas.
-Pues entonces resérvame un lugar a tu lado, así al menos tendremos más tiempo juntos en algún momento y entonces tus sermones serán correctos.
-Sí, más tiempo juntos… como siempre debió haber sido.
-Entonces… si es verdad que entiendes ello, retírate, ya no hace falta que hablemos más, porque a estas alturas, nada de lo que digas realmente importa, porque lo muerto, muerto está, y el pasado… es una cadena que no planeo arrastrar más tiempo.
-…
-No preocupes, eres libre de venir a verme cuando quieras, solo no esperes encontrarme como antes.
-Bastará con verte entonces, porque el resto ya lo he visto.
-Adiós –dijimos al unísono.