Con la entrada del otoño se abre un enorme abanico de posibilidades para disfrutar de la hermosa ciudad donde vivo, Sevilla. Tiene muchos atractivos para ser visitada pero no voy a escribir sobre la Catedral, la Giralda, la Torre del Oro o el sin fin de monumentos que adornan la ciudad. Mi entrada está dedicada a los bares, y no a cualquier tipo de bares, sino a aquellos que en algún momento de mi vida han marcado la diferencia. En Sevilla los bares son lugares no solo para tomar unas cervecitas sino que son lugares donde nos reunimos, donde nos conocemos, donde crecemos adquiriendo el carácter abierto que nos identifica. Sevilla es una de las ciudades que más bares tiene por habitantes y por eso los voy a dividir por zonas. Así que por ser la primera entrada que hago referente a este tema voy a hablar del que ha sido mi barrio toda mi vida, la Macarena, específicamente la zona situada entre la calle Feria y la calle San Luis. Hay que decir que en la zona que he elegido para hablar podrás encontrar algún que otro personajillo suelto puesto que es uno de los lugares más informales de Sevilla, quizás la palabra sea "alternativa", pero ahí es donde reside su encanto.
Empezando nuestro trayecto nos encontramos en la Plaza del Pumarejo donde podréis encontrar varios bares que llenan la plaza con sus mesas, pero nosotros nos centraremos en uno en particular: Bodeguita Mariano Camacho. Un bar que tiene bastantes años y que se puede apreciar por su suelo de losa gastado y su barra de madera con altos y bajos provocados por el desnivel del suelo. En temporada estival su plato más famoso son los caracoles, los hacen muy buenos, con un caldo un poco fuerte. Esto hace que coger mesa o algún hueco donde dejar tu plato y tu cervecita sea todo una misión imposible. Hay que ir bastante temprano. La otra época para disfrutar de esta maravillosa bodega es en invierno, podrás disfrutar del sol hasta las cuatro de la tarde tomando otra de sus tapas más conocidas: la carne con tomate. La plaza suele estar llena de familias y perros debido a los bares pero también por la Asociación de Vecinos que se encuentra allí, la cual siempre tiene actividades para el barrio. También puedes encontrar una biblioteca de uso público donde los más pequeños disfrutarán de su zona de lectura y juegos.
Exterior de Bodega Camacho
Saliendo de la plaza por la calle Relator, y siguiendo por ella hasta llegar a la esquina con calle Parras encontrarás, bajo mi opinión, uno de los mejores bares de Sevilla: Taberna Gonzalo Molina. Llevo toda mi vida parando en este bar, sobre todo debido a que mi colegio estaba al lado, por lo que mi padre me esperaba allí. El bar es más conocido como "el de las alitas" ya que es donde encontrarás las mejores alitas de pollo frito de la ciudad. Son simples, fritas y con limón, pero tienen algo que las hace especiales. No puedes venir a Sevilla y no disfrutar de ellas. También podéis saborear codornices, salchichas alemanas o montaditos de morcilla de arroz. Otra especialidad que tenían eran los pajaritos fritos, pero terminó debido a que fue prohibido por ley. Además de la cerveza, una de las bebidas características del lugar es el vino de naranja (pequeños vasitos a 1€), solo apto para invierno ya que en verano hay que servirlo frío y pierde parte de su sabor. Al lugar hay que ir sin prisas, si se te olvida, el camarero/dueño Manolo (aunque todo el mundo lo llame Gonzalo por su padre, me incluyo entre ellas) te lo recordará.
El local está algo destartalado y con más de 100 años de vida en uno de los barrios más antiguos de la ciudad sigue estando en las mismas condiciones que cuando se abrió. Por fuera son llamativas sus puertas rojizas de madera, por dentro lo primero que te llamará la atención son los puntales (como ya he dicho no tiene ninguna reforma por lo que la casa es vieja y tiene problemas de estabilidad así que se le colocaron puntales para aguantar mejor la estructura). Pero no te preocupes, está dentro de las normas. Su decoración es singular, las paredes están repletas de carteles de conciertos de hace mucho tiempo. Las mesas son antiguas máquinas de coser. Posee una pequeña estantería con libros que puedes leer mientras te tomas una cerveza. Otras de las características del local, es que solo tiene un servicio así que tendrá que ser utilizado por hombres y mujeres. Por las dimensiones, los hombres lo tendrán más fácil, pero para las mujeres es una odisea. Lo bueno que tiene es que si vas borracho no te vas a caer... Porque no tienes sitio para ello¡¡¡
Suele haber exposiciones de fotografía, lecturas de poesía y presentaciones de libros y si vas en navidad, en la columna central podrás encontrar servilletas con las peticiones a los Reyes Magos hechas por los clientes. Si vas, deja la tuya, es toda una tradición. La Taberna Gonzalo Molina no es solo un bar al que ir a beber y comer sino que se ha convertido en un espacio vivo para el barrio y sus vecinos.
Interior de Taberna Gonzalo Molina
Nuestro siguiente bar es de hace poco tiempo, unos cinco o seis años, pero si te gustan los vinos y quesos éste es tu lugar. Está situado en la calle Virgen del Carmen Doloroso esquina con Arrayán. A unos tres minutos andando del anterior bar. Su nombre es Pa ti tó (traducción: Para ti todo) y es regentado por dos socios de origen francés, las camareras también tienen la misma nacionalidad. El lugar es genial para descansar un poco del ajetreo del resto de la zona, tiene poco tránsito de coches y el bar suele ser tranquilo y relajado. Hasta hace poco tiempo yo vivía justo enfrente y era el primer sitio que paraba para la primera cerveza (botellín de Cruzcampo, por supuesto) al comenzar la ruta de bares. A parte de bar también tiene una parte de tienda, donde puedes encontrar cestas elaboradas con varias de sus especialidades, como el vino, queso o foie para regalo o para tí mismo.
Fachada exterior Pa ti tó
Si bajamos por la calle Arrayán dirección a la calle Feria nos toparemos de frente con la Plaza de Abastos. Dentro de ella, o mejor dicho, entre ella y la iglesia Omnium Santorum nos encontramos con La Cantina, un bar donde vais a poder comer el mejor pescado y más fresco. Tiene muchas mesas pero si queréis coger sitio tenéis que ir no muy tarde pero sobre todo para poder elegir pescado porque tienen una cierta cantidad y si vais muy tarde os quedará poco donde elegir. Solo abre de lunes a sábado al mediodía ya que tiene el mismo horario que el Mercado. La única pega del lugar es que no es muy soleado y en invierno es un poco húmedo al estar las mesas pegadas a los grandes muros de la iglesia. Pero es un lugar que no podéis pasar sin conocerlo, tiene bastante jaleillo y hay que estar atento a cuando se os llama. Ya que estáis en el Mercado también podéis encontrar otros puestos que ofrecen botellines y chacinas o alguna especialidad. Es interesante que os deis una vuelta por ellos.
Zona exterior de La Cantina
Fachada Bodega Mateo
Desde el lateral de la iglesia y paralela a la calle Feria comienza la calle Palacios Malaver, y aquí se encuentra un bar muy especial. Yo lo conozco como "el Bacalao" pero su nombre real es Bodega Mateo. Es una de las bodegas más antiguas de Sevilla, se fundó en 1918. Su especialidad es el bacalao frito de Islandia, una vez que lo pruebes ninguno te sabrá tan bien como éste. También lo puedes disfrutar en tortilla que te hace su dueño en el momento y delante de tí. También son muy conocidos su queso y sus vinos que la gente suele comprar para sus casas. Realmente Bodega Mateo se abrió con ese fin, el de suministrar Valdepeñas a sus vecinos y fue más tarde cuando abrió al público. A mediados del siglo XX cerró pero el hijo del fundador, hoy el dueño, volvió a abrirlo (algo que tengo que agradecer o sino me hubiese perdido este maravillo lugar). Otra peculiaridad del lugar es que su dueño es sordomudo así que nunca olvides hablarle de frente aunque ésto es solo un pequeño detalle a saber. Y, además de todo esto, la cerveza siempre está en condiciones perfectas de frialdad y sabor.Volviendo a la calle Feria y andando un poco más por ella en dirección Sur (hacia la Plaza de la Encarnación), llegamos a la plaza de Montesión, y justo al lado de la Iglesia del mismo nombre está Casa Vizcaíno. Es otro de los bares donde llevo parando desde pequeña con mi padre y mi abuelo. Fundada en el año de la Exposición Iberoamericana se convirtió en taberna a partir del año 1934. A este bar solo se va a tomar cerveza, como mucho podrás pedir aceitunas o frutos secos. Aún conserva la mísma estética de cuando abrió, como el serrín en el suelo o que sus camareros sigan apuntando la cuenta en la barra con tiza. La plaza donde está situado es muy conocida y atrae a bastante público, por lo que el bar suele estar lleno a cualquier hora pero siempre puedes encontrar algún poyete donde sentarte o dejar el vaso de cerveza. Todos los jueves por la mañana, en ese tramo de la calle Feria y calles adyacentes se pone "el jueves", un mercadillo de segunda mano, curioso para ver y recorrer. Y después de esta caminata qué mejor sitio que Casa Vizcaíno para refrescarse.
Exterior de Casa Vizcaíno
Estos seis bares son bajo mi opinión los que no te puedes perder si visitas este barrio de Sevilla. Pero además, esta zona tiene multitud de bares de todo tipo que han proliferado en los últimos años como por ejemplo: La Estraza , Pitacaso, La Madraza, el Ambigú, etc. En ellos ponen una muy buena comida a precios muy asequibles. Algunos como los dos primeros suelen tener exposiciones o conciertos en vivo. Reserva tiempo y disfruta de este magnífico y auténtico rincón de Sevilla.
Sobre todo recuerda, si para entrar en un bar tienes que bajar un escalón, es buena señal.