Sevilla, una ciudad con encanto y con historia.
Mucho se ha escrito sobre ella: de su pasado (Puerta de Indias, Nueva Roma, etc) y de su presente como atractivo turístico de primer orden. El Río Guadalquivir la atraviesa y crea una vía navegable de mucha historia hasta su encuentro con el mar en Sanlucar de Barrameda. Es, precisamente, la belleza de una de sus orillas lo que he querido recrear en esta entrada, como un homenaje a la ciudad en la que vivo, destacando dos de sus monumentos principales: Giralda y Catedral. En ellos quedan resumidas unas de las páginas más brillantes de su historia.
Así que me fuí una mañana con mi pequeña cámara y tomé distintos encuadres del tema, que me atraía por su singular belleza: el conjunto de la Catedral y de la Giralda sobresaliendo de las edificaciones, la masa de árboles, y el río con sus reflejos. Todo el conjunto formaba como un magnífico friso de tonalidades doradas y verdes.
"Sevilla y el Guadalquivir" Dibujo preparatorio. Sanguina
Elegido el tema y el punto de vista, comencé por unos estudios para irme adentrando en el análisis del motivo que encerraba a primera vista cierta complejidad en las formas.
Pensé también que podría ser interesante ir fotografiando todo el proceso para poder mostrarlo como un "paso a paso"aunque de entrada tengo que decir que esto es muy personal y subjetivo. Aquello de que "cada maestrillo tiene su librillo"...
1º paso El dibujo con lápiz de grafito
Seguidamente había que "fijar" el dibujo con grafito en el papel de acuarela. Como es lógico tuve que simplificar muchas formas de los edificios, destacando los principales.
Y ya, preparar la acuarela buscando las entonaciones principales y "lanzarse"...
Todos los que tocamos algo de acuarela sabemos que comenzar a "manchar" el papel es un momento apasionante, una combinación de valentía, riesgo e inseguridad que nos hace estar en tensión.
2º Paso. Cielo y primeras edificaciones
3º. Paso. Masa de árboles
4º Paso. Acabado definitivo
Independientemente de la calidad lograda, ya se sabe que los resultados casi siempre van por detrás de las aspiraciones, el tema me gustó y disfruté bastante en su realización tanto que pensé hacer otra versíón con mayor formato pero esta vez con óleo.
También la música de Albéniz le rindió su particular homenaje con el latido mágico de la guitarra que añaden poesía y misterio a esta ciudad.