Nacido en un pueblo del adorable Imperio Austrohúngaro, ese que ahora es una reliquia que recuerda a Berlanga, la marcha Radetzky y los soldaditos de plomo, se interesó por el psicoanálisis, la teoría histórica del marxismo y el sexo. Bueno, en realidad se interesó por el sexo, y lo fue adornando con otras teorías más intelectuales. Aunque no parece que inventara esta forma de ligar, por lo que no podemos añadir este descubrimiento a la lista. Basta citar algunas aportaciones al psicoanálisis ("La salud mental de una persona se puede medir por su potencial orgásmico"), o al marxismo ("La revolución sexual") para darnos cuenta de que nos cae bien. Toda esta etapa de aprendizaje acerca de cómo ligar con éxito y profundizar en las grandes filosofías de su tiempo desembocaron en la creación erótico-intelectual más ambiciosa que el mundo ha conocido: el orgón. Es como el tao, lo impregna todo, está en todos los sitios, todo lo refleja y lo contiene todo. Sólo que en versión orgasmo. Consecuentemente con su importancia, Reich creó el Instituto del orgón, y un Centro de investigación. Lo que ocurría en esos templos del saber no parece estar muy claro. Como confiesa un piadoso comentario en wikipedia (una de las fuentes de esta prestigiosa entrada) cabe señalar que los resultados de sus investigaciones sólo han podido ser replicados por sus seguidores, en ningún caso por escépticos.
Los misterios de la fe son insondables, supongo, guiño, guiño. Tan vanguardista experimentación le abrió las puertas de la CIA, Albert Einstein y los líderes de la contracultura del momento. Y así fue como el orgón se convirtió en el personaje de moda. La CIA encomendó un experimento a Reich. Influir en la cantidad de orgonos en un determinado espacio-tiempo para modificar el estado de ánimo de la población. Así que se creo un cañón para tratar de bombardear el aire con energía orgónica que convirtiera el desierto de Arizona en Gandía Shore.también conocida como la "máquina de la canción del verano" o del juicio final, como prefieran
El experimento resultó contradictorio. No alteró el ánimo, sexual o no, de nadie, pero hizo llover. Esos cañones de aspecto rudimentario demostraron ser polivalentes, pues una noche de los años 50, Reich se enfrentó con su sola ayuda a un ejército de naves extraterrestres y como apuntó orgullosamente satisfecho en su diario, por primera vez en la historia un representante de la raza humana las hizo huir. Y como no volvieron, Reich quiso compartir sus descubrimientos, y se dedicó a vender "acumuladores de energía orgónica" que para el ojo que no había estudiado profusamente teorías avanzadas y ciencias ocultas, se parecía a una caja vacía. El fin de su vida siguió siendo grotesco, pero no a causa de su delirio, sino de aquel que se extendió sobre los EEUU. Fue condenado por estafa, vigilado como posible comunista, diagnosticado de esquizofrenia, y sus libros quemados. Murió de un infarto en 1957.
Y así, semiolvidada hoy la orgonomía, la orgonoterapia y sus multiples ramificaciones, el mundo de hoy es un lugar igualmente obesionado con el sexo (ni siquiera internet puede aburrirnos aún) pero mucho menos divertido y más uniforme. No imagino a nadie hoy debatiendo sobre el papel del irracionalismo y de la economía sexual humana en el origen de las dictaduras, descifra ecuaciones orgonométricas o imagina Hipótesis de sobreimposición cósmica de dos corrientes de energía orgónica como base de formación de los huracanes y de las galaxias. Desde que Wert dejó las tertulias, la política es un circo, pero los debates son tan aburridos...y Madonna trata de seguir provocando, pero nunca tendrá un cañón de orgones. Los ministros frikis y las supuestas bombas sexuales fueron derrotados antes de que aparecieran por un semiolvidado profesor Bacterio de Mitteleuropa hace muchas décadas. Supongo que eso los convierte en..extraterrestres. A fé mía, lo parecen.