Estiro mi sexo en tu sexo
y es un dios estremecido en tu vientre
en el medio del deseo,
estiro mi nombre en tu boca
me hago arrullo en tus gemidos
y me refugio en tu imagen
desnuda, gigante
mestiza de cielo y almas,
mujer transformada en mujer
con la piel sorprendida
y abrazada de verdad
mis palabras transpiran en tu cuerpo
y la noche se esconde en un río marrón
que llega a tu sed
y entre los dos, escarbando el aire
pensamos el alba.