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Shortbreads o cómo no romper unas galletas de mantequilla

Publicado el 11 junio 2011 por Biscayenne
La señorita Wikipedia nos cuenta que el shortbread es un tipo de galleta elaborada tradicionalmente con una parte de azúcar blanca, dos partes de mantequilla y tres partes de harina de trigo. 
Lo que no dice es que estas galletas de mantequilla son un pecado (venial), un delito contra las caderas y un placer excelso. 
Originarias de Escocia, y popularmente identificadas con la gastronomía británica, los shortbread no tienen mucho que ver con las galletas de mantequilla que conocemos por aquí: nada de lata azul, ni de cobertura de chocolate, y mucho menos guinda o mermelada en el centro.
Éstas juegan en otra liga: la de la mantequillorra total, con un olor delicioso a grasa fundente y un punto salado. Por esta razón, o te encantan, o las odias. Y aunque te encanten, me parece que no es recomendable su consumo abusivo a no ser que seas porteador de alta montaña o atleta profesional.
Por esta razón hace falta una muy, muy buena excusa para decidirse a hacerlas y luego tener la voluntad de no comerlas todas. En mi caso, eran para un regalo y sólo comí dos y las migas. (El porqué de las migas, más abajo)
Shortbreads o cómo no romper unas galletas de mantequilla
RECETA Shortbread:
Dificultad, así de primeras: sencillaProbabilidad de complicaciones: media-alta si no lees las instruccionesPresentación: fácilSabor: para lucirte

260 gr. harina
225 gr. mantequilla sin sal (nada de margarina)60 gr. azúcar1 cucharadita (tsp.) de vainilla2 gr. o 1/4 tsp. de sal


Batir la mantequilla hasta que esté cremosa.
Añadir el azúcar y batir de nuevo para integralo a la mantequilla.Agregar la vainilla, la harina y la sal, y mezclar bien.Amasar con las manos la bola resultante, y cuando no tenga ningún grumo, envolver en plástico o film para alimentos, aplastar hasta que quede un disco plano y enfriar en la nevera, mínimo 30 minutos (mejor si son 2 horas)
La experiencia me dice que es mejor separar la masa en 3 discos, y dejar 2 en la nevera mientras estiras y cortas la primera. ¿Por qué? Pues porque al tener tanta mantequilla, la masa fría tiene un poco de dureza que va perdiendo al contacto con las manos, y es más fácil trabajarla.
Sobre una superficie antiadherente o entre papeles encerados estiramos el disco de masa con el rodillo hasta un espesor de (IMPORTANTE)  entre 10 y 15 mm. A continuación podemos recortar las galletas con un cortador, o con la boca de un vaso estrecho. Truquillo > los recortes sobrantes se pueden volver a juntar para intentar sacar alguna galleta más de ellos.Si tenéis bandejas de hornear galletas (que son más pequeñas que las del horno) vais poniendo con cuidado las piezas que os salgan sobre éstas, con un papel de horno en medio. Si no tenéis todavía el kit de la Barbie repostera completo, como yo, las ponemos sobre una fuente o plato llano grande, con su correspondiente papel de horno. Entonces las volvemos a meter en la nevera, mínimo unos 15 minutos - media hora. El frío hará que no pierdan la forma del cortador y que no se derritan enseguida tras entrar en el horno.
Hacemos lo mismo con los otros discos de masa que tenemos esperando en la nevera. 
Cuando metamos el último grupo de galletas a enfriar, precalentamos el horno a 175º.
IMPORTANTE: ¡No dejar las bandejas del horno dentro! La bandeja tiene que estar fría cuando coloquemos las galletas encima, si no se ablandarían instantáneamente.
Hay que colocar los papeles de horno con las galletas encima de la bandeja del horno, no os preocupéis por dejar mucho espacio entre ellas porque al no llevar levadura no crecen, sino que menguan al derretirse la mantequilla. (Por eso es importante no cortarlas con un grosor muy fino, como hice yo la primera vez, porque se os quedarán transparentes y quebradizas...)
En 8 o 10 minutos de horno estarán listas, en cuanto los bordes empiecen a coger un tono dorado. 
Shortbreads o cómo no romper unas galletas de mantequilla
Recomendaciones encarecidas: respetad los tiempos de nevera porque de lo contrario no hay alma humana que separe las galletas de los recortes.
¿Veis qué finitas me quedaron a mí algunas en las fotos? Pues después de todo este proceso, de haber decorado algunas con chocolate fundido, de meterlas en un bote personalizado con todo mi cariño... Muchas de ellas acabaron en nada más que migas (muy ricas, pero migas) porque se golpearon unas a otras dentro del bote durante el transporte (demasiado frágiles)

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