Te miro todo el tiempo y no pienso en nada. Si te pierdo te busco con la mirada. Y es sólo cuando no puedo verte que es cuando más te veo. Quién fuera prisionera de tus brazos...
Si para tenerte tuviera que esperar a que un mar se convirtiera en desierto, esperaría. Esperaré a que cada estrella se apague si al final puedo tenerte un momento, y si quieres, juntos repoblaremos el cielo con farolillos de colores. Cree en mí si te digo que no lloro por no tenerte, sino por no saber si algún día te tendré. Y no lloro por saber que seríamos felices, sino por pensar que tú igual no lo sepas. Por saber que siempre me he enamorado demasiado y demasiado mal, pero que hasta ahora nadie me había hecho sentir así. Me despierto imaginando que despiertas a mi lado, me acuesto con lo mismo. Y esta idea tan boba no sé si es viento en contra o a favor. Qué pensaría cualquiera si le dijese esto, que estoy perdiendo la cabeza por alguien que apenas conozco. Y es que tan grande es lo que tengo que, llámame loca, pero no estoy equivocada, esto no es un amor pasajero. Cómo puedo saberlo, no lo sé, pero es así. Qué idiota hace falta ser para echar de menos algo que no has tenido ni en tus mejores sueños. Vivo por lo mismo que me mata, preguntándome si anhelas mis labios igual que yo anhelo los tuyos. Y joder, algo me dice que estoy en lo cierto, porque mírame, yo, la que duda de todo hasta el desgaste, la que a la mínima se derrumba, que soy capaz de volar fortalezas con la cosa más diminuta. Sigo siendo esa, pero basta que me aguantes la mirada dos segundos para que no vuelva a dudar de ti. Y es que cogería cada parte de tu cuerpo, tus ojos, tu boca, tu sonrisa, tus manos y les haría una canción a cada una. Y a ti, a ti te haría un collar de besos. Y me pregunto aunque creo saber, qué será lo que pienses de mí. Si me piensas tanto como yo a ti, o si vivo sola en una fantasía que ni te imaginas. Que se me encoje el corazón cuando me hablas. Que te juro que sólo imaginarte sonriéndome es suficiente para empañar mis ojos y ponerme una sonrisa. Y que te diría mil cosas si no tuviera este miedo tan profundo de perder lo que ya tenemos. ¿Y si todo está en mi cabeza? No... lo que siento es tan fuerte que suspirando ahora haría florecer un campo de plantas marchitas.Y te diría mil cosas pero si hay algo que me queda es tiempo. Sólo dime que un día cogerás mi mano y daremos cien mil vueltas al Sol, y te esperaré sin derramar una sola lágrima.
Si te tuviera te abriría mi corazón y podrías hacer lo que quisieras con él. Si te tuviera, correría hacia ti cada mañana al verte de lejos y te abrazaría por la espalda. Besaría tus mejillas y el borde de tus labios con cuidado y tus hombros y tus rodillas y la punta de tu barbilla y cada recoveco de tu cuerpo. Veríamos películas abrazados en el sofá con una manta y palomitas, apoyaría la cabeza en tu hombro si viajáramos y te dejaría apoyar la tuya en el mío si tuvieras sueño. Pasearía mis dedos por toda tu espalda y compartiríamos hasta el detalle más insignificante de nuestro día. Pasaríamos horas escuchando discos juntos y hablando de cosas estúpidas a las tantas de la noche hasta que uno de los dos se quedara dormido. Nos perderíamos por la ciudad y llegaríamos a algún lugar especial.Te cantaría siempre y te daría tu espacio si así lo quisieras. Te hablaría toda la vida hasta caer dormida en tus brazos. Cogería tu mano bajo el agua.
Te querría hasta que me pidieras lo contrario.