Foto Geoffrey Coussy.
Si juegas con un escorpión, terminará picándote. Si metes la mano en una tejedora, te morderá el tejón. Si provocas a la serpiente de cascabel, te morderá. Lo mismo ocurre con la oscuridad si la acorralas en un rincón, acabará mordiéndote.
Fragmento de Sacrificio de invierno
de Mons Kallentoft