—No, aquí no tenemos de eso.
—¿Y cobertura 3G?
—De eso, tampoco.
—¿Pues el cibercafé más próximo?
—No sé de qué me habla, alma cándida.
—Pues sí que vamos bien, ¡acabo de llegar y ya me quiero ir!
—Uy, tranquilo, tiene toda una eternidad para acostumbrarse.