[Gustaba mucho de la oración, las cosas de Dios, y a los siete años hizo un voto privado de virginidad.
“Aunque era hija de artesanos y analfabeta por no haber tenido estudios ni instrucción, comprendió, sin embargo, las necesidades del mundo, (…) no había ya modo de detener su valentía, ni su ansia por la salvación de las almas”.
En 1366, Santa Catalina vivió un “matrimonio místico”.
La Virgen tomó la mano de Catalina y la llevó hasta Cristo, quien le puso un anillo, la desposó consigo y le manifestó que ella estaba sustentada por una fe que podría superar todas las tentaciones. Después de ello, solamente Catalina podía ver el anillo.]
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