Es curioso cómo funciona el cerebro humano. Nos pasamos la mayor parte de nuestra vida esperando y planificando el futuro, sin detenernos a pensar qué haremos una vez que estemos allí. Por eso, el 99% de la población nos pasamos todo el año / curso deseando que lleguen las vacaciones y, cuando por fin arriban, no tenemos ni idea de qué hacer con tanto tiempo libre.
O eso es, al menos, lo que me pasa a mi. Después del sprint final con mi triple ronda de exámenes, dónde tuve que estar a tope durante casi dos meses, me he desinflado como un globito y las tardes de verano se me están haciendo difíciles de llenar (a menos, quizá, que me valga del combo cerveza + Skyrim). Ya he ido a la pelu, me he hecho las cejas, he ordenado los armarios e, incluso, he hecho limpieza en el ATP (un cuarto vacío que usamos como trastero apodado cariñosamente Ahí Te Pudras). Hace dos días reorganicé toda mi colección de maquillaje y ahora, me aburro como una ostra.
El problema es que, como bien dicen los anglos, the devil finds work for idle hands, y hace un par de días no se me ocurrió otra cosa que intentar hacerme la manicura con unas pegatinas del Primark. Por suerte, habiendo aprendido mi lección a base de tinte coreano, ahora busco llenar mis momentos de vacío con actividades cuyas consecuencias sean menos permanentes y, gracias a eso, esta manicura, aunque chapucera a más no poder, no se convertirá en otro quebradero de cabeza que compartir con la almohada.
La cosa es que hará unos meses, en una de las visitas al Primark, vi estos adhesivos para uñas y se me ocurrió que podían ser un buen apaño a mis frágiles y quebradizas uñas. Porque sí, confieso, yo también tengo uñas. Y no es que no las saque en el blog por gusto sino que, simplemente, la genética (la mala) se ha cebado particularmente con esta parte de mi anatomía y, por muchos tratamientos fortalecedores que use, no consigo tener unas uñas decentes ni a tiros.
Mi problema radica en que se me suelen quebrar por los bordes desde muy abajo y, al final siempre se me acaban enganchando y tengo que recurrir a la poda con cortauñas. Por eso, me pareció que unas pegatinas que, de alguna manera, reforzaran los puntos débiles de su estructura, podría ser una buena idea. Lo malo es que, una vez compradas las pegatinas, olvidé por completo que las tenía hasta que se me aparecieron cual zarza ardiente al hacer la reorganización del maquillaje.
Como veis se trata de veinte pegatinas de distintos tamaños aunque, para mi, hay demasiadas anchas y faltan más estrechas. Lo primero que hay que hacer es limpiar bien la uña de cualquier tipo de residuo de esmalte. Yo utilicé para ello el desmaquillante de uñas express de Sephora que es de esos que tienen la esponjita dentro y sólo tienes que meter el dedo y girar el envase ( este formato me parece uno de los mayores adelantos de la técnica del Siglo XXI).
Luego, sobre la uña limpia colocas la pegatina con el extremo redondeado hacia la cutícula y cortas el sobrante a la medida de la uña. Yo lo que hice fue quitar el grueso del sobrante con unas tijeritas y luego ajustar la forma con el cortauñas. Por último, y esto no estaba en el guión, apliqué una capa de Top Coat de OPI, que yo creo que no fue del todo una buena idea porque al aplicarlo, las pegatinas parecieron arrugarse y deformarse aunque luego el efecto desapareció.
En fin, no es que me quedara una manicura fina (las nail artistas os estaréis tirando de los pelos) pero de lejos da el pego y, además, pasé un rato divertido haciéndola y no acabé en urgencias ni nada por el estilo. De hecho, creo que me pasaré por Kiko o por Sephora a ver si tienen más diseños y le voy cogiendo el truqui porque, si resisten bien (cosa que está por comprobar), es una manera rápida de lograr una mani original.
Ahora queda por ver qué resultado darán con respecto a la protección de las uñas, que es el motivo por la que las compré en un primer momento.
Espero que os haya gustado la entrada y, si os interesa, ya iré metiendo poco a poco más cositas de uñas en el blog.
Un besito y hasta pronto.
Os recuerdo que estoy de sorteo, ¿os habéis apuntado ya?