Si ya lo superamos, entonces ¿porqué otra vez?

Hay temores, complejos y situaciones de la vida que vamos superando con el pasar de los años. Lo que antes nos parecía tan grande e imposible, ahora es de un tamaño más reducido. Recuerdo hace unos meses haber regresado a la iglesia en donde crecí, y tuve aquella sensación de que la iglesia no era tan grande como yo me recordaba. Aquel gran lugar ya no era tan intimidante y parecía posible de conquistar. También me encontré con un profesor del colegio, que por cierto no me reconoció, y se miraba menos intimidante que antes. Impartía clases de Matemáticas y Física Fundamental, clases que eran una verdadera tortura para mí. Pero ahora que ya crecí y lo ví, solo era una persona regular, muy inteligente si, pero ya no me causaba la sensación de dolor de estómago que antes me causaba. Entonces comprendí que había superado algunos miedos y ciertas cosas ya no me causaban nada. Pero qué de aquello que aunque ya hemos pasado un proceso para superarlo, hay días en que aún nos afecta, tal vez no de igual magnitud que antes, pero nos descontrola un poco…tal vez un sueño sin cumplir, una meta que no hemos podido alcanzar por causa de múltiples tropiezos, situaciones de la niñez, en fin…el listado podría ser extenso. Recientemente leí unas páginas del libro ¨Guía de la Grandeza¨ de Robin Sharma, y el capítulo precisamente se llama: APRENDER O DECAER. Esto me recordó que estamos en ciclos constantes de aprendizaje. Que nos estancamos realmente cuando perdemos nuestra pasión. Todo tiempo es importante, y los tiempos que a veces consideramos perdidos son los momentos de preparación más grandes. Y muchas veces, no es que hayamos regresado por que no lo hemos superado, sino porque nos ayudará a tomar más fuerzas, saber de qué somos capaces y seguir adelante. Por ejemplo si pensamos en una relación que no funcionó. En su momento la ruptura seguramente dolió mucho, pero ahora lo podemos recordar sin dolor y verlo como una experiencia que enriqueció nuestra vida, y lo más importante de todo, aprendimos qué cosas no volveríamos a hacer. Regresar o pensar en esos temores, situaciones, complejos, etc…nos permite evaluar qué tanto hemos madurado y cómo enfrentamos ahora lo que nos afecta. Ya no nos afectan las mismas cosas, y si aún nos afectan tanto como hace 10 años, entonces sí deberíamos preguntarnos qué anda mal…y cómo cambiarlo. Y como dice una canción del grupo Avalon ¨No estamos en donde quisiéramos estar, pero ya no estamos en donde estábamos antes¨.