Se acabó el juego.Ahora las apuestas son a vida... o muerte.Los lobos de Mercy Falls vuelven a salir en las noticias.Hace diez años, una manada atacó a una chica. Los periodistas manejaron la palabra "accidente".Una década más tarde, ha muerto otra chica. Ahora la palabra es "exterminio"
El tiempo se agota para Sam y Grace, para Isabel y Cole.Esta vez las despedidas pueden ser para siempre.
Cole por su parte, nos mantiene con la duda de si cambiará o no, de averiguar quién es realmente...
"Aun sabiendo que a Cole se le daban bien esas cosas -al fin y al cabo, se dedicaba a ello-, era increíble. Y más asombroso todavía era que Cole no estuviera intentando resultar increíble sin mi, porque hasta el último gesto de su cuerpo tenía como objetivo que nos moviésemos juntos. Allí no había ego alguno, solo la música y nuestros cuerpos.
Cuando acabó la canción, Cole dio un paso atrás, jadeante, y esbozó una sonrisa. No entendí cómo podía parar: yo quería bailar hasta caer rendida"
En general el final es lo que menos me gustó de la novela, lo encontré forzado y bastante corto, sin contar con el suceso inesperado y triste al que no le encontré ninguna lógica, más que volver trágico el final.
De la saga de Los lobos de Mercy Falls, sin duda, me quedo con Temblor, una novela preciosa de principio a fin y es tan bonita porque los personajes también lo son. Lo mejor de Rastro, la aparición de Cole. Lo peor de Siempre, que me hubiese gustado leer un par de capítulos más.
Si quieres leer más...
Temblor
Rastro