Y me hago una pregunta ¿por qué la indignación general por el presente descarrío de la F1, si hace un mes era una categoría inmejorable, que hasta adelantamientos tenía? Tenemos que volver la vista al foco de esta semilla del diablo, y comprobaremos que el inconformismo y la desazón atacan a la gran masa justo en el momento que un Fernando Alonso, doblado, se ve impotente para lograr un resultado digno de luchar por el campeonato, y parece que va para largo. Es justo en este momento, cuando la ciega afición mira hacia Ferrari y la FIA, levantando el puño en alto y pidiendo explicaciones “¿por qué le hacéis esto al mejor piloto de la historia? ¡esta F1 no funciona!”.
Cada uno tiene lo que se merece, y Alonso no podía ser la excepción. Siempre he dicho que todo lo bueno que es el asturiano dentro de la pista, es nefasto fuera de ella. Si hubiese estudiado mejor sus opciones, sin hipotecarse a ser algún día piloto Ferrari (lo que muestra un gran desconocimiento de él y su manager de la historia de la Formula 1, pues creían que llegar a Ferrari era sinónimo de algo), estaríamos ahora hablando de un piloto cuatro veces campeón del mundo, y quizá uno de los mejores de la historia. Pero el asturiano se ha equivocado siempre, y la semana pasada se volvió a equivocar, cuando renovó por Ferrari hasta 2016, una Scuderia que está de capa caída… ¿y no es estúpido hipotecar (porque eso es lo que ha hecho) su carrera deportiva por un mero romanticismo o una corrosiva testarudez? Hay equipos mejores que Ferrari (sin tanto abolengo), y pilotos igual de buenos que él subidos en esos coches mejores. Anticipo una lucha sin cuartel entre Montezemolo y la FIA, y el italiano tratará de llevarse al huerto a todos los equipos para crear una categoría a la antigua, o sea, a lo 2000-2005, con el fin único de hacer una Ferrari nuevamente campeona, y no de hacer una categoría mejor. De hecho, modificaría todos los reglamentos para poder repescar los coches de Rory Byrne, intactos, sinónimo de triunfo y de un trabajo bien hecho, algo de lo que son incapaces de hacer hoy en Ferrari. ¡Y Alonso no tiene otra idea que renovar hasta 2016!
Recordando la carrera de ayer, y donde todos veían una salida espectacular de Alonso, yo comprobaba el doble criterio que afición y medios de comunicación emplean cuando el de Oviedo está por medio. ¿Realmente nadie se dio cuenta de que Alonso, en la salida, cambió cuatro veces de dirección? Y dice al respecto el reglamento deportivo de la FIA, en su artículo 20.2:
- Maniobras que puedan obstaculizar a otros conductores, tales como más de un cambio de dirección para defender una posición, deliberado desplazamiento de un coche más allá del borde de la pista o cualquier otro cambio anormal de dirección, no está permitido.
¡Cuatro veces! Pero claro, aquí nadie dice nada por el monotema que impera hoy en la F1, que termina apasionando a todo bicho viviente, al igual que en un Real Madrid-Barcelona repiten una falta, algo obvio, y unos ven falta y los otros no, así hubiese hasta sangre.
Y más, que no termino todavía ¿recuerdan aquella salida de boxes en la que Vettel circulaba por el fast lane y Hamilton por el inner lane (donde están los mecánicos de boxes), ambos rueda con rueda? Todavía recuerdo a los vociferantes, agrediendo verbalmente a Hamilton por poner en peligro a los mecánicos de los demás equipos, alzando la vista enojados y buscando a Charlie Whithing interrogantes ante la falta de castigo de semejante afrenta. Ríos de tinta corrieron ante el supuesto favoritismo que la FIA regalaba a Hamilton.
Pues ayer vimos lo mismo, pero esta vez, el que ponía en peligro a los mecánicos era el ídolo de masas, Fernando Alonso, y ni una voz se ha levantado para pedir sanción para el piloto de Asturias. Con esto quiero manifestar que Alonso, en el GP de Barcelona 2011 gozó de una inmunidad, de la misma que tanto se quejaban años atrás el mismo Alonso y sus seguidores. Un nuevo statu quo… ¡y lo que te rondaré, morena, si Montezemolo consigue mandar en la nueva F1!