Siempre viviendo la vida de los demás,
siempre intentando agradar,
siempre buscando un motivo para luchar,
siempre pensando en el futuro.
Siempre encontrando solución a otros problemas,
siempre queriendo parecer amable,
siempre aislándose de su propia vida,
siempre hipócrita.
Pero no.
La vida no es eso,
es todo lo contrario,
siente la lucha y el peso,
siente el rosario
de penas y lágrimas,
de soledad y tristeza,
de nieblas y fríos,
de soledad hasta el final.