Siendo maravillosamente visibles en la tercera edad

Publicado el 22 febrero 2013 por Aquila1

Si Jack Twist no hubiese sido asesinado en la película Secreto en la montaña quizá hubiese logrado convencer a Ennis Del Mar para que saliera del closet y hubiesen llevado juntos una vida feliz hasta el final de sus días. Y como dicen los cuentos, colorín colorado.

Pero esos jóvenes de la década del sesenta tendrían hoy cerca de 80 años y deberían enfrentarse a una forma de vida, totalmente diferente a la que ellos estaban acostumbrados. Quizá muchos más libre, pero con muchísimos retos para estos hombres Gays de otra época, totalmente distinta a la que llevamos en el siglo XXI.

¿Podrían hacerlo? No lo sabemos ni lo sabremos nunca. Pero lo que si sabemos, es que en este momento viven junto a nosotros muchos Ennis del Mar y Jack Twist que ya han entrado o están por llegar a la vejez, tal vez como ellos lo hicieron tantos años atrás, en forma invisible, para poder sobrevivir a sociedades complejas y aún poco solidarias con quienes son diferentes a la mayoría.

Y es a ellos a quienes hoy debemos encontrar y apoyar, para que nunca más existan secretos en la montaña ni en ningún otro lado. Seamos visibles, en cualquier etapa de nuestra vida y cualquiera sea nuestra orientación sexual. Exijamos el respeto que nos merecemos en todo momento de nuestra vida, y muy especialmente en los años dorados. Eso es lo menos que poder exigir por todo lo que hemos brindado o brindaremos a nuestras sociedades.

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Caminado hacia el futuro dignamente

Según la ONU, en 2050, el número de mayores de 60 años superará por primera vez al número de personas menores de 15 años, llegando a los 2.000 millones de personas mayores. La expectativa de vida va en aumento en los países más desarrollados, (que es a los cuales nos vamos a referir a partir de ahora) Esto ha permitido que varias generaciones convivamos a la vez, considerando a la luz de la ciencia que cada generación abarcaría un lapso de 25 años. De acuerdo a esto, viviríamos juntos 3 o 4 generaciones en un mismo periodo de tiempo. Necesariamente, debemos ser capaces de recrear nuevos códigos para poder adaptarnos, y evitar que las nuevas generaciones entren en conflicto con las más viejas. Lejos quedó en el tiempo el respeto que se tenía a las personas mayores, en el cual edad y experiencia eran igualmente reconocidas.

Estamos en la época de los lifting, de las cremas regeneradoras instantáneas, del asesinato de las canas, del ejercicio agobiante y permanente, del temor a la “fealdad”. Y tantas otras condiciones que nos exige la sociedad actual para poder ser visibles y respetados.

Vivimos en la época de la eterna juventud, pero llegamos cada vez más viejos. Hacemos de esta un culto, engañándonos, haciendo de cuenta que los años no pasan; pero si lo hacen y tarde o temprano nos van a alcanzar.

Nos abraza el miedo a la soledad y a formar parte de los “deshechos humanos de la sociedad” triste metáfora para quienes temen, pero anhelan al mismo tiempo llegar a la vejez.

Y en este ambivalente proceso hay personas que tienen más dificultades que otras cuando se van acercando a esta etapa de su existencia; los miembros de la comunidad LGBT, porque saben que deberán enfrentarse a una doble discriminación: por la edad y por su orientación sexual.

Un momento muy complejo, especialmente cuando a las dificultades que trae la vejez se le agregan otras: los prejuicios, la discriminación y el rechazo por ser considerado diferente.

La Sociedad de las etiquetas: Tercera Edad, Cuarta Edad… etc.

Seguramente estas palabras las hemos oído o repetimos muchas veces, ¿Pero qué significa pertenecer la tercera edad, qué connotación trae?

El término tercera edad surge para no usar en forma despectiva las palabras vejez o ancianidad. Este concepto se refiere al adulto mayor, 65 años o más (hay quienes hablan de una Cuarta Edad a partir de los 75 años)

La misteriosa y temible etapa viene acompañada a su vez de varios aspectos, tan alarmantes como ella:

Un aspecto biológico, que modifica y que va deteriorando la salud física y mental de cada uno de nosotros, un aspecto sociológico y económico en el cual las personas van perdiendo roles que habían sido fundamentales hasta ese momento en su vida. Y comprende también una dimensión psicológica, ya que se producen transformaciones en el funcionamiento cognitivo y emocional.

Lamentablemente, muchas personas que se están acercando a esta etapa, y otras que ya la viven, se sienten excluidos, abandonados y discriminados.

Todos corremos el riesgo de transformarnos en invisibles en este momento de nuestra vida, todos podemos ser objeto de discriminación. Nadie está libre de esta situación.

Pero como mencionamos anteriormente la diferencia fundamental entre y Homosexuales y Heterosexuales, es que los primeros deberán enfrentar dos tipos de discriminación: por la edad y por la orientación sexual. Un peso muy grande para esta generación de personas que ya han tenido que vivir difíciles momentos en su vida, ocultando su verdadera identidad, siendo rechazados social y laboralmente, burlados y quien sabe cuántas cosas que ignoramos. Varios son los prejuicios hacia las personas mayores que aún siguen vigentes, a pesar de la cantidad de evidencia que los desmienten por parte de estudios científicos actuales. Estos conceptos negativos atentan contra un proceso de envejecimiento activo y saludable, y de allí la necesidad de derrumbarlos y trabajar en pos de una sociedad para todas las edades, y todas las orientaciones sexuales sin ningún tipo de discriminación.

Compartiendo los miedos.

El pánico a la decadencia progresiva y posteriormente a la muerte, también es una reacción natural que llega con la edad. Cualquiera sea la causa, vivimos en una cultura obsesionada por lograr el éxito, y para ello, permanecer vital es fundamental. Lamentablemente, el logro de este objetivo ocupa casi todo nuestro tiempo, y muchas veces nos hace olvidar aspectos importantes de nuestra existencia, como las relaciones familiares, o los lazos amistosos de tiempo atrás, quebrantados de tal forma, que el vínculo afectivo casi ha desaparecido.

Pero no parece haber otra solución, ya que en una época donde casi todo se mide en dinero, carecer de una cuenta corriente adecuada, bienes o propiedades, puede convertir nuestra vejez en una tragedia, y esta problemática se acrecienta en aquellos Homosexuales, que desterrados de sus familias y faltos de centros de atención médica aceptable y de centros de recreación para compartir momentos de ocio pueden llegar a sentir que no tienen nada porque vivir. La soledad es el primer panorama que asola a sus vidas, y el hecho de ser incomprendidos incluso por miembros de su propia comunidad aumenta este sentimiento.

En el año 2002, se celebró en Madrid la Segunda Asamblea Mundial sobre envejecimiento, de referencia obligada para estudiosos y trabajadores del área de la gerontología, e increíblemente no existió una sola mención a la temática LGBT (Las propuestas de Canadá y Argentina, que pretendieron poner el tema en agenda fueron rechazadas de plano.)Esto ha dado como resultado que muchos países, carezcan de estadísticas reales sobre la materia. ¿Cuántos son y cómo viven los homosexuales de la tercera edad? ¿Con quién viven? ¿Qué necesidades tienen? Un conjunto de personas invisibles, sumergido en las sombras, como no debería ser.

Marcando miedos: ¿Cuáles son los temores más importantes cuando envejecemos? Pues muchos, entre ellos destacamos:

1-Enfermedades físicas o psíquicas que nos harán dependientes de otras personas. En la colectividad LGBT, esto suele ser una dificultad mayor, ya que la inexistencia de lazos directos de familiaridad sanguínea les coloca en una posición más vulnerable ante la eventual pérdida de capacidades (físicas, motoras, mentales, laborales, etc.) y por la dependencia real hacia otras personas.

A esto le añadimos enfermedades sociales como:

2.- Aislamiento social. La soledad es uno de los trastornos que más sufrimiento causan en la población vieja, y muy especialmente a la población Gay de más de 70 años. La mayoría viudos/as, casi sin familia, o con familias que los expulsan, y con pocos lugares donde encontrar pares para compartir vivencias y sueños en común... Poco a poco esto irá cambiando, y a medida que la integración social aumente, los sitios de recreación y de ocio se acrecentarán también para todas las personas por igual.

2.- Escasa o nula oportunidad de trabajo. Cuando la persona se transforma en un "viejo" casi no se le asignan responsabilidades en el interior del grupo familiar, y menos en el mercado laboral, lo que contribuye a un deterioro mayor cada día. Ser considerado inútil no es bueno para ningún ser humano.

3.- Poco o nulo acceso a centros recreativos, o centros educativos especiales para adultos mayores, donde puedan encontrar actividades académicas, que le permitan además de divertirse, encontrar personas de su edad con la que establecer vínculos amistosos e incluso afectivos.

Lamentablemente, los miedos que podamos tener se retroalimentan con un conjunto de prejuicios, que siguen arraigados en muchas sociedades:

1- La vejez es una enfermedad -Uno de los prejuicios más habituales es pensar que vejez y enfermedad son sinónimos. “Si bien existe un incremento de patologías, particularmente crónicas, esto no significa que la vida de la persona mayor se identifique con enfermedad y mucho menos que esto conlleve la pérdida de propósitos y sentido vital debido a estos cambios físicos”.

2-La negación de la sexualidad. Las personas viejas todavía sienten amor y pasión, el deseo sexual existe, quizá de otra manera.

Los científicos sugieren que “es importante señalar que la longevidad no va en contra de la sexualidad” y se aclararon que “existen algunos cambios a nivel del funcionamiento sexual, particularmente asociado a un enlentecimiento gradual, pero esto no implica que se debería perder el goce ni el deseo. Los Medios de Comunicación contribuyen a esta idea al incentivar propagandas en las cuales las personas mayores solo aparecen espontáneamente, en avisos de pañales geriátricos, o complementos vitamínicos.

3-La descalificación intelectual: Hay una serie de concepciones prejuiciosas que hacen aparecer a las personas viejas “con exageradas limitaciones a nivel cognitivo que confunden los cambios normales del envejecer y el deterioro intelectual, negándolas para alguna s actividades, como por ejemplo las Nuevas Tecnologías.

De esta forma, surge el prejuicio “los viejos son como niños “a pesar de la evidencia que lo desmiente.

Diciendo no la viejofobia

Una sociedad que no cuida y valora a sus ancianos o adultos mayores - está condenada al fracaso por la pérdida de la memoria y el rechazo a la valiosa experiencia heredada de las generaciones anteriores.

Si la población mayor va en aumento, el número de ancianos y ancianas de la comunidad LGBT, también lo hará, a medida que el número de adultos mayores crezca en los próximos 30 años. Y deberán tener los mismos servicios y beneficios que tiene el resto de la población.

Un reto fundamental para conocer y satisfacer sus necesidades, así como sus carencias, es la realización de investigaciones científica, que permitirá elaborar proyectos eficientes y adecuados a los requerimientos de esta franja etaria... Lamentablemente, estos estudios todavía no abundan, aunque hay intentos en aplicar más proyectos locales de acuerdo a cada sociedad con la finalidad de revertir esta situación.

Llegar a ser Adulto Mayor es un desafío importante, y ser feliz en esa etapa de nuestra vida lo es aún más. Para todos por igual.

Podremos haber perdido nuestra agilidad, nuestra belleza, tendremos algunas arrugas de más o algunos kilos que sobren, pero seguimos siendo los mismos.

Somos las mismas personas de siempre, aquel individuo que solía romper corazones en su paso, o aquella joven de la cual todos querían ser amigos. Cambió la envoltura pero no la esencia Y eso es lo que debemos conservar.

El curioso caso de Benjamín Button es solo una película, no volveremos a ser niños. Seguiremos transitando en nuestra vida por las etapas que correspondientes, Demostremos al mundo que todos somos protagonistas de la historia y todos valemos igual.

El Closet ya fue, la invisibilidad también. Mostrémonos como somos, hagamos brillar al mundo con el color de la diversidad.

Seguramente, en un futuro no muy lejano, las nuevas generaciones nos agradecerán nuestro valor, y hasta seremos su ejemplo.

Cambiemos el final de la película, y hagamos que Ennis y Jack estén juntos por siempre, que sean capaz de vencer a los prejuicios, y por sobre todo al tiempo.

Podemos y debemos hacerlo porque nunca las sociedades confundidas en las que vivimos necesitaron tanto nuestra presencia, y no podemos defraudarlas…

Reflexionemos, y no dejemos que los prejuicios nos separen cuando más nos necesitamos.

Los hermanos sean unidos

Porque esa es la ley primera -

Tengan unión verdadera

En cualquier tiempo que sea -

Porque si entre ellos pelean

Los devoran los de afuera.

El Gaucho Martín Fierro es un poema narrativo argentino, escrito en verso por José Hernández en 1872

Sheina Leoni -davidlee@adinet.com.uy uruguay@fatla.org