Juntos en perfecta sintonía con el vaivén de la brisa, es lo que me metía prisa, por querer(le) de más.
Cuando me agarraba a sus caderas, el frenesí de mi cuerpo luchaba contra su gravedad y me convencía de que había superado la eterna caída y volvía a hacerme volar.
Juntos en perfecta sintonía con el vaivén de la brisa, es lo que me metía prisa, por querer(le) de más.
Juntos en perfecta sintonía con el vaivén de la brisa, es lo que me metía prisa, por querer(le) de más.