No pasamos de ser unos simios arrogantes. A pesar de que haya muchos que se crean el culmen de la creación, no pasamos de ser un eslabón más de la cadena de la evolución de un planeta casi invisible en el extrarradio de una galaxia entre cien mil millones más. (100.000.000.000)
Con apenas 8000 años de historia el único mérito notable que hemos alcanzado es habernos convertido en la primera forma de vida tan estúpida como para acabar con todas las demás y autoextinguirse.
Eso si, todas las acciones somos capaces de justificarles en nombre del progreso, de la religión, del bienestar económico. Pero somos incapaces de alimentar a todos nuestro congéneres. Incapaces de evitar el impacto de cualquier cuerpo espacial que acabe con nuestras ridículas civilizaciones, mientras nos entretenemos en mejorar nuestras técnicas de guerra para matar más y mejor. Todavía nos enzarzamos en inútiles discusiones sobre dioses, cuando se revela una vez tras otra nuestra inutilidad para controlar las formas de energía más elementales. Las enfermedades, la miseria, el hambre y la pobreza devoran a la mayor parte de la población humana mundial, en tanto que una pequeña parte vive aborregada en su hedonista consumismo.
Nos escandalizamos intermitentemente cuando nuestra propia imbecilidad se propaga radiactivamente, cuando el petróleo simboliza las intenciones humanas asfixia inocentes, cuando las guerras acaban con inocentes, cuando Bhopal es sinónimo de cadáver, cuando fenómenos naturales aniquilan pobres que sólo pueden vivir donde habita la muerte.
Simio arrogante, no mires al cielo para evitar pensar en cómo escapar de esta roca con fecha de caducidad. Simio arrogante no mires los cadáveres que provocan tu avaricia. Simio arrogante, no mires. No mires porque corres el riesgo de verte tan desagradable como eres.
Simio arrogante, por fortuna, te extinguirás como todas las especies que hubo antes y habrá después. Espero que alguno de tus descendientes aprenda de tus errores y sea capaz de decir orgulloso, desde otro lugar del universo, que proviene de un simio arrogante del que aprendió cómo no deben hacerse las cosas.
keagustitomekedao