Sin cambios, Gail Carriger

Publicado el 24 octubre 2011 por Olgasalar
Alexia Maccon, recientemente convertida en Lady Woolsey, se despierta a media tarde y descubre que su marido, en lugar de dormir plácidamente como todo hombre-lobo que se precie, está inmerso en una discusión a pleno pulmón de la que, acto seguido, desaparece sin ni siquiera despedirse, dejando a la pobre Alexia sola con el regimiento de soldados sobrenaturales que acaba de acampar frente a su casa, una plétora de fantasmas y una más que airada reina Victoria.Pero Alexia cuenta con un auténtico arsenal con el que defenderse: su fiel sombrilla, la moda más radiante llegada desde el otro lado del Canal de la Mancha y grandes dosis de la cortesía más afilada de todo el Imperio.
La señorita Tarabotti, perdón Lady Maccon es una preternatural, en contacto con los sobrenaturales, consigue que estos se conviertan en meros mortales, por lo que cuando los fantasmas de Londres son exorcizados, los vampiros pierden sus colmillos y los hombres lobos su pelaje, todas las miradas se vuelven hacía ella. Averiguar qué ha sucedido será ahora trabajo del muhjah del Consejo en la sombra, cargo que ostenta con orgullo Lady Maccon.
En esta segunda entrega de la saga de El protectorado de la sombrilla, nos encontramos con una Alexia Maccon tan divertida como lo fue en Sin alma, sigue siendo un personaje fabuloso que nos arranca alguna que otra carcajada, además de los misterios preternaturales y sobrenaturales a los que se enfrenta su relación con Lord Maccon sigue siendo singular, divertida y ciertamente emocionante.
"-¿Se puede saber que estás haciendo, hombre ridículo y absurdo? Te comportas como si fueras un topo perturbado.
-Estoy siendo sigiloso, mi pequeño terror. ¿No te parezco sigiloso? -respondió él, fingiéndose ofendido.
-¿Por qué?
El conde parecía un tanto avergonzado, una expresión categóricamente absurda aplicada a un escocés de sus dimensiones.
-Buscaba el romanticismo de un acercamiento encubierto, esposa mía. La mística propia de un agente del ORA, a pesar de que dicho agente llegue tan tarde a casa"
Nos reencontramos con viejos conocidos, el profesor Lyall, Ivy Hisselpenny y sus fabulosos sombreros, jajajaja... y nuevos conocidos que darán que hablar en novelas posteriores como madame Lefoux, quien resulta ser un personaje de lo más interesante y no sólo porque la autora la crea sin ningún tabú, ya me entenderéis.
En Sin cambios viajaremos a Escocia cuna de Lord Maccon, conoceremos inventos asombrosos y leyendas asombrosas y muy bien atadas, tan adaptadas al milímetro que nos harán dudar de nuestra cordura al plantearnos su verosimilitud.
Con el mismo estilo afilado e irreverente y ese toque de clasicismo propio de la época victoriana, la sombrilla que blande Lady Maccon será tan oportuna como lo fue en Sin alma
Sin cambios es adictiva desde sus primeras páginas, tanto el estilo narrativo como la historia no nos permite abandonar la lectura demasiado tiempo, pero el final es mucho más que adictivo, nos deja con un apetito insaciable por leer más, xD, no nos puede dejar con tantas ganas de seguir leyendo. La única opción cruzar los dedos y rezar para que Blameless (Sin culpa) Dios, que título tan significativo, no tarde mucho en llegar a España o me voy a quedar sin uñas.