El hombre cerró con llave la puerta de su casa. En la calzada lo esperaba el auto cargado. Notó que el baúl estaba abierto y lo cerró con suavidad. Llevaba poco equipaje, unos shorts, ojotas, algún abrigo. Por el resto… Dios proveería. Miró hacia la puerta de calle. Sabía lo que quedaba detrás: unas semanas sin publicar en el blog. Es cierto, dejaba varias cosas escritas, pero… Temía que se olvidaran de él… Caminó hasta la puerta del conductor y se sentó. Sabía lo que había por delante. La marca de los neumáticos quedó en el asfalto hasta su regreso.