Revista Diario
¿sin importancia?
Publicado el 23 noviembre 2013 por Evamric2012Quiero volver a dormirme y despertarme abrazada a ti. Romper las nadas, abrirle al vacío una rendija para colarme como el viento hasta el último aliento de tu boca. Que con tus brazos arropes mi mirada e impidas dejarme ver hoy la miseria que nos ha roto por dentro. Quebrar con un suspiro los muros y fronteras que la distancia se aferra en imponerle a la palabra, que muda, dejamos inconstante acallando así lamentos y suspiros, como cuando te recorro entero sin dejarme ningún recoveco, besando tus ojos cerrados, cerrando los míos y espantando pesadillas. Los golpes del destino nos han dejado K.O. en el primer round, y hemos tirado la toalla tal vez demasiado pronto. Cada uno por nuestro lado vamos dando palos de ciego al saco abandonado y soñoliento del viejo ring. Sabíamos que el otoño columpiaría con su desgana las sombras que arrastramos en el olvido del recuerdo. Pero ya no quiero pensar más. Me contento con saborearte, y seguir disfrutándonos, no ser más que este instante. Saber que eres mi pecado, y muerdes mi manzana. Y en cada mordisco, me abres la piel. Que llevas mi veneno y lo luces en tu boca. Y que en este instante, ardemos en el infierno. Excomulgados de por siempre. Y sin redenciones posibles. Luego cierra la puerta con cuidado, déjame inhalar el aroma vespertino que aún navega entre las sábanas. Y no vuelvas aunque te lo pida, y no me llames aunque te busque.Sólo cuando navegue de nuevo en aquella barca,recuerdo de un beso perdido, entre aquellas páginas que señalamos en un libro, y los relojes sean aceradas saetas que se mueran en un tiempo inerme e indulgente, sabrás que he regresado de aquel aletargado viaje . Y cuando ya ni me recuerdes, y en cada verso, la luna que me escribas se desangre, enterraré tus fracasos y las mentiras que te culpan. Cuando estés solo y sientas mi abrazo enroscado a tu cintura por descuido, cuando los tejados estallen sus tejas en pizarras, cuando las hienas rían desconsoladas en nuestras mentes, y la lluvia sea cicatriz arrastrada por el polvo, serán ofrendas las cándidas sombras de los cipreses adormecidos.Sólo entonces podré besarte más allá del olvido, y te pediré que vuelvas, y volverás aunque ya no estés y ni siquiera importe, y tú, de nuevo, volverás a llenarte en mis silencios, aunque tampoco esté, ni importe siquiera.