¿sin máscara por la vida?

Estas últimas semanas estoy asistiendo a un curso de “crecimiento personal”. Siempre es bueno aprender cosas nuevas, recordar conceptos y/o cuestionarse uno mismo en sus teorías, con opiniones ajenas y maneras de explicar la vida diferentes. Y precisamente el otro día se hablaba de la necesidad de deshacernos de esa máscara que todos llevamos puesta para descubrir quién y cómo somos, así como permitir que los demás nos vean y tener relaciones personales basadas en la realidad de uno mismo y no solo en una ficción, que más tarde o más temprano se diluye.

La explicación es obvia. Cada uno juega el papel que juega con la máscara puesta, hasta que uno mismo o la propia vida te invita a quitarte la careta, para ser tal cual es. El premio: la felicidad que otorga la valentía y la coherencia con nuestro “yo interno”. El requisito para lograrlo: eliminar el miedo a ser uno mismo y a sentirnos vulnerables ante los demás. Y este proceso llega cuando llega, no puede ser inducido externamente por nada ni por nadie, depende de cada cual y de su momento para hacerlo. La duración: toda la vida, cada día hasta que uno logra poco a poco ser más uno mismo, recobrar su esencia.

Pero lo que no se cuenta en estos cursos y talleres de “crecimiento personal” es que todo en la vida siempre tiene su contrapartida. Desde nuestro propio nacimiento y el doloroso parto de una madre, a la muerte en sí. Todo lo valioso se paga. Como también deshacerse de la máscara! La gente ha aprendido a llevar la máscara y a tratar personas que también llevan máscara, así son lamentablemente nuestra relaciones personales. El ser humano se acostumbra a todo, incuso a las desgracias e infortunios, ese es nuestro gran poder! Por eso, cuando uno se quita la máscara, lo primero que encuentra es incomprensión y una cierta dosis de suspicacia en los demás, desacostumbrados como están a ver a alguien que se muestra tal cual es, sin miedo y sin careta. Evidentemente el miedo, a través de la mente, recurre a todas sus artimañas razonables e irrazonables para tratar de descubrir el presunto engaño, en vez de admitir la evidencia! Busca en la memoria situaciones pasadas, ejemplos vividos o simplemente elabora teorías sobre la imposibilidad de que sea verdad lo que el corazón siente ante alguien que se muestra tal cual es, ante una persona sin máscara!

Yo hace ya tiempo que decidí aprender a ir sin máscara por la vida y mostrarme tal como soy… y cada día lo voy logrando, más y mejor! Mis escritos son un claro ejemplo de ello!  Hay personas que me admiran por mi valor al hacerlo o por mi capacidad de expresar y exhibir lo que pienso y siento, así como otras personas creen que soy un personaje de ficción y que esa pose es falsa, narcisista o una manera de ganarme la aceptación o el cariño! No les culpo por ello, en este mundo, se debe ser precavido, habiendo como hay tanta persona sin escrúpulos o guiados por malas u obscuras intenciones para con los demás! Sé que es un riesgo, pero ¿qué es la vida, sino un riesgo permanente?

Quitarme la máscara en muchas ocasiones supuso perder personas que estaban en mi vida y que, de un día para otro, descubrieron un Miguel que ya no era el de antes, el suyo; otros, gracias a quitármela, me descubrieron tal y como era y encontraron en mi una persona valiosa, honesta y valiente, en la que se podía confiar o incluso un modelo a seguir; otros incluso, desde el primer momento, desconfiaron de la veracidad de mi persona redescubierta y tuvieron miedo de que no fuera real; algunas más, se apartaron de mí porque mi actitud evidenciaba su propia incapacidad de liberarse de esa pesada máscara que ellos mismos llevaban y padecían!

La verdad es que, para sacarse la máscara, uno debe ser libre, valiente y constante, pero, como he dicho, también debe ser consciente de que existen esos riesgos. Personas queridas que desaparecen súbitamente, otras que al verte vulnerable te agreden… además de esa cierta inquietud personal propia de ir al descubierto y con el corazón en la mano, en un mundo plagado de peligros y de miedos, propios y ajenos. Y es por ello, precisamente, por lo que ante cualquier paso clave a dar en esta vida -y quitarse la máscara es uno de ellos, sin duda- debes estar completamente convencido, ser valiente y coherente, buscando siempre la satisfacción interna! La recompensa debe ser la paz interior, nunca la aprobación externa ni el reconocimiento, como si de una heroicidad se tratara! De hecho, es una exigencia interior y es solo en el interior donde debe buscarse el premio!

Entiendo que acercarse a alguien que no lleva máscara da un cierto miedo. Pero seguramente cuando aparece una persona así en tu vida, como siempre, tiene su propio sentido. ¿No es una invitación a quitarte la tuya? Muy probablemente, de entrada, te sorprenda que alguien pueda ir al descubierto. Un poco más tarde, puedes incluso quererlo o bien sentir miedo y desatar todos tus fantasmas enterrados, siempre existen las dos opciones! Pero, a fin de cuentas, todos somos espejos de todos! Cuando valoramos a alguien, por ejemplo, por su sinceridad,  para apreciarlo debemos ser también sinceros y/o querer volver a serlo, si algún día lo dejamos de ser y necesitamos recuperarlo. Así, encontrarte a una persona sin máscara no es más que una invitación a quitártela tú y así cumplir tu sueño de volver a ser como realmente fuiste! ¿No es esa una invitación a tu felicidad y a compartirla?

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