Sin mí

Publicado el 26 octubre 2011 por Isabelmaria


Como tantas veces había hecho de niño, me escondí. ¡Daniel! Entonces lo hacía en aquelbaúl de ropas viejas que conservaba el molde de mi cuerpecillo desde la última vez, desde allí oía mi nombre a gritos, ¡Daniel!, la ira en los pasos que se acercaban al lugar de siempre, los latidos de mi corazón que se había ido haciendo un sitio en mi garganta, ¡Daniel!, mi llanto estéril que nunca había podido evitar que él me arrancase de allí entre gritos y golpes, como siempre. Luego llegaba el alivio, cuando por fín acababa, y se iba, y me dejaba allí en el suelo, abandonado entre el desorden de los trapos manchados de sangre, un feto encogido que nunca debió nacer para vivir así. Aquella mezcla pastosa de olores, a naftalina, sangre, semen y alcohol; aquel sabor salado de mis mocos y mis lágrimas, tan inútiles como yo: nunca he dejado de sentir en situaciones como la de hoy, ¡Daniel Fernández!, Salgo a recoger el premio, todos me aplauden y me miran creyendo que estoy aquí.