El miedo es un sentimiento que ata y que no deja avanzar.
¿Cuántas oportunidades has dejado ir por abrazarte a la ilusión de seguridad que trae lo cotidiano?
¿Cuántas veces has sentido la frustración por no haber tomado ese camino alterno que se presentaba ante ti?
Decide. Nada es para siempre. Si tienes frente a ti una opción que moverá el mundo, toma tu tiempo, planea y tómala.
Camina. Ni las raíces del árbol más poderoso se quedan en el mismo lugar.
Habla. Con el respeto y el silencio como armas, usa la palabra para expresarte con verdad y con la valentía de los actos honestos.
Piensa. Usa tu imaginación y creatividad para salir adelante. Aun en la situación más adversa, siempre tienes opciones.
Actúa. Todas las sagas comienzan moviéndose hacia adelante. El primer paso es siempre el más difícil, pero tus compañeros de batalla, llamados honestidad y verdad, están a tu lado.
Suelta. Ten el valor de decir adiós al pasado, a lo que te lastima. Despídete de la ilusión de seguridad y vive sólo por hoy.
Comete errores. Eres como una espada; con los golpes se forja el cuerpo, pero se ablanda el corazón. Entre más errores cometas, más aprenderás a caminar solo.
Medita. Una mente tranquila es una fortaleza que no se derrumba con nada y te ayuda a vencer al enemigo más grande: tú.
Ama. Como si nunca hubieras amado, borrando de tajo el pasado. Extiende tu cariño al desconocido, al amigo y a todos los seres vivos.
Vuela. Rompe la cadena del miedo porque el mundo está ahí esperando ser conquistado. Pon los pies en la tierra, pero siempre alcanza las estrellas.