Revista Diario

sin noticias de ti

Publicado el 10 septiembre 2012 por Jans_braender @jansbraender

El Lunes tarde, terminó de redactar el corto mensaje “ ¿Como estás?” y espero respuesta, los primeros dos minutos comprobó con cierta ansiedad la pantalla de su móvil esperando que apareciera un aviso, a los diez minutos, ya lo miraba de soslayo sin prestar mucha atención.

Dos horas más tarde revisó si el mensaje había salido “…eo, eo…estás”?, sin respuesta.

Se marchó a dormir “Me voy a dormir, hasta mañana, supongo que estas ocupada, apago ya el móvil”, pero se quedó un rato desvelado esperando que en esta hora más tardía y en teoría más tranquila pudiera contestarle. Nada

Al levantarse comprobó si había alguna respuesta, en realidad dos veces a lo largo de la noche lo comprobó, pero ni en esas dos ocasiones, ni a la mañana siguiente había ninguna contestación. Su desperación iba en aumento, no fue capaz ni de prepararse un café “buenos días guapa! desayunando…ayer no supe de tí :)

Se fue a la reunión y fue incapaz de concentrarse, mirando el teléfono, esperando que el dichoso simbolito verde hiciera acto de presencia en la pantalla. A la hora de comer apareció finalmente el simbolito, pero no era ella, era Agustín invitándole a un partido de paddle. Entre la ensalada y el medio pollo asado que componía el menú de la cafetería aprovechó para mandar otro mensaje ” pasa algo? enfadada?” Cero respuesta, como si todos los mensajes que le envíara fueran engullidos por un profundo agujero negro.

Por la noche decidió salir a tomar unos gin tonics con los compañeros, al segundo y ya entonado  escribió “que pasa contigo, eres tan mala que ni siquiera me quieres contestar?” había pasado día y medio y no sabía nada de ella. Al irse a dormir tarde y borracho escribió “….NO ENTIENDO NADA!!!!!!!!contesta!!!!!!!!!!!! joder no seas cabrona!!!”…a la media hora, intentó suavizar “perdona por el msg de antes, es que no sé nada de tí”

Se levantó con resaca y sin mensajes, cada día y este ya era el tercero, su ansiedad crecía, acortaba las conversaciones por el móvil para comprobar si mientras hablaba el mensaje de ella podía llegar…

” Mira no entiendo que está pasando, por lo menos me podía contestar” “Eres lo peor,…” “haz lo que te dé la gana” repasó el histórico de mensajes por sí algo que le hubiera escrito le pudiera haber molestado. Nada

Pasaron otros dos días entre tiernos mensajes  ”por favor contestame, princesa guapa” y  otros mensajes más duros “Eres muuuy gilipollas???” ” estas molesta por algo? dimelo”, la desesperación iba en aumento, estaba a punto de una crisis nerviosa, o algo peor, se autodiagnosticó.

El viernes se fue a dormir y decidió mandar el último mensaje, “Mira Mayte estoy harto de que pases de mí, llevo una semana enviando mensajes y tú sin contestar !!!!! no quiero saber nada más de tí”.

El sábado se levantó con el olor de los churros recién hechos, su mujer estaba en la cocina preparando el desayuno y sus dos hijos ya estaban preparados para ir al partido matinal del colegio desayunados y vestidos, miró el teléfono y nada, cero mensajes de Mayte. Si hubiera sido el año anterior, Mayte hubiera estado en el partido, llevando a su hijo, pero este año Alberto su hijo había decidido que ya estaba harto de jugar al baloncesto y se había borrado del equipo. Así conoció a Mayte en los partidos de los sábados y así empezó a intimar con ella.

Al principio eran solo unos cafés, pero una cosa llevó a la otra y llevaban más de seis meses acostándose los lunes y jueves por la tarde al salir del trabajo.

Cuando llegó al patio del colegio, el corrillo de padres estaba más alterado que de costumbre, se les veía excitados sin motivo aparente, aceleró el paso para unirse a ellos, al llegar, la madre de Marcos le espetó “¿Sabes lo de la madre de Alberto, Mayte?”, ” ¿Sí sé qué?” ” El domingo pasado tuvieron un accidente volviendo del chalet, Alberto padre se quedó dormido, Mayte…llevó la peor parte… murió por la mañana…el padre está en en hospital, la única suerte es que el niño estaba con los abuelos….” no pudo seguir escuchando…


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