Revista Talentos

Sin título

Publicado el 12 enero 2015 por Isabel Topham
Apenas hay espacio para un impacto tan vacío como el del propio artículo, ensayo o (simplemente) un texto donde reflexiono sobre la nada y lo particular. Podría decir básicamente lo mismo de la vida, en la cual hay épocas vacías y tristes que te llenan el alma (e incluso) de las alegrías posteriores, y momentos llanos en donde no se altere ninguna emoción. Un título tan vacío pero, a su vez, con tantas letras implícitas. A veces nos puede doler tanto el alma, que somos capaces de llenarlo de piedras para no volver a sentir más. Beber sorbos de agua cuando tienes la sensación de ahogarte en tu propia sed. No creo que exista una respuesta que merezca la pena percibir sin haber sido estimulada anteriormente. E incluso, cada signos de puntuación significan un obstáculo más en la vida real.
No creo que lleguéis a entender este texto; es más, ni yo misma seré capaz de entenderlo en cuanto pasen varios años. Cada historia relatada forma parte del momento, aunque el momento sea efímero y a la vez, eterno. Cada una de ella, describe nuestro pasado definiendo quiénes somos en el presente. Escribir como quien respira, decía un famoso y excelente escritor. Escribir a tu "yo" del futuro es escribir una carta a alguien a una lejana distancia, es escribir a otra persona aunque seas tú dentro de un tiempo. Al igual que hablar solo es pensar en voz alta, y que tire la primera piedra quien no lo haya hecho nunca. El ser humano es cambiante, estamos en continuo cambio y movimiento. No podemos dejar de hacerlo, porque está en contra de nuestra naturaleza.
Todos estamos locos, pero sólo aquel que analiza su locura se le llama filósofo.Huir de tu propio razonamiento, te lleva a afirmar tu locura. Ahí ya estás analizando tu manera de pensar aunque en un sentido imprevisto e irracional. ¿Se podría considerar esto una reflexión? Una incongruencia de palabras captando la atención del receptor, sea quien sea éste último. Incluso, la propia música que escuchamos cada día nos abduce a su filosofía. Llevamos la marca de quien nos influye para influir nosotros en el resto, un ideal del resto para el resto. Es cierto que somos un conjunto de influencias pero, influimos en quien nos influenciaron anteriormente en nosotros.
Puede ser la falta de costumbre al no tener idea de qué escribir y volver a coger la pluma y dibujar letras sobre el papel, sinceramente lo que menos me preocupa ahora es el sentido que le dan mis palabras al mundo y no sentir el calor de su compañía en mi mente, soportando a su vez al viento frío y húmedo entrar por la ventana de mi cuarto para acunarme cada noche de luna llena y limpiar mis lágrimas; mientras te buscaba y buscaba con tal de volver a ocupar un espacio en el mundo se hacía notar ya en mí.
Necesitaba expresarme, aunque luego no diga nada pero quería expresar esa sensación de vacío que se siente cuando llevas mucho tiempo sin que llegue a flote la inspiración.
Gracias por estar siempre ahí, vida. Gracias por tenerme siempre contigo pero, por favor, no te vuelvas a ir de mí nunca más ni siquiera a por un café. Gracias, de nuevo y bienvenido siempre eres aquí.
Si deseas ser escritor, sólo escribe.

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