Milan Kundera, La Inmortalidad.
Ser invisible, y sonreírle a la vida...
Aprendí a delegar en todos los dominios de mi existencia el día que entendí el significado del enroque, que como buen trilero mi padre intentó enseñarme como estrategia en el arte no sólo del juego sino también en el de la magia existencial .No se trata de huir sino de dar el esquinazo tomando una ligera ventaja. Una vez lo pones en juego en el tablero de la vida, aunque no ganes la partida, no te va tan mal. Y es que prefiero, la víscera, al eufemismo.
Y tan sencillo como así fue que un día tal y como hoy me convertí en un ser invisible para quienes no me sumaban... y además, va y hasta me restaban...
P.S. Porque, y sin más que añadir, la vida sigue...Dedicado a Ilduara ;)