Sin volar
Publicado el 17 junio 2013 por Vicente Luis McLunes sigo arrastrando molestias de cadera pero en menor grado, se nota ya la canícula, el agua de la piscina ya está como a mí me agrada.Mi estómago sigue en guerra conmigo pero no estoy dispuesto a que interrumpa mis incursiones acuáticas.He estado muy entretenido leyendo la biografía de uno de los primeros lamas tibetanos, un hombre que se pasó la vida huyendo de aquellos que pretendían hacerle la existencia difícil.Después de viajar al Tíbet sin moverme de mi ciudad.He comenzado la lectura de Los Tambores Dorados de Jean Larteguy sobre la vida en Laos, lugar exótico y extraño donde los haya.Los epitomes son una manera de viajar muy barata sin necesidad de hacer colas en aeropuertos y soportar largas esperas…En mi caso ahora viajar por el momento es imposible, hasta que no esté en mejores condiciones físicas, en el agua es el lugar donde más paz tengo, cuando salgo de ella retorno a una realidad que de momento no me agrada excesivamente, los procesos de recuperación lentos roban mucha calma.Los viajes literarios son una buena válvula de escape para convalecientes de larga duración.