Te quejabas de mi frialdad,
de quien ha vivido mucho,
Nunca había conocido a nadie como tú
y, aun habiendo buscado lo que tú eras,
no supe que lo había encontrado.
volatilizando todas mis ganas de ser mujer.
Mas, si por mí fuera, no despertaría,
pues ahora que te escribo,
no puedo parar de llorar.
no sé que contestar y miento.
me debilita y me hace daño,
es tu ausencia la que me mata.
así lo querrías y así debe ser.
pero será una vida distinta.
Al menos esto me ha enseñado a apreciar
porque yo ahora soy diferente.
Es curioso cómo el dolor te hace
En mi caso, he tenido que decir
no tengo canciones ni lemas,
no tengo vírgenes ni santos,
pues siempre me acompañaron
solo tuve locuras y fantasmas.
Ahora solo te tengo a ti.
en tus miedos, en los míos,
en lo que tú decías que eran rarezas
y que para mi no era más que amor,
en lo que viviste que jamás juzgué,
Ahora estoy dispuesta a hacerlo