Muchos afirman preferir la sinceridad y cuando la reciben se ofenden, en ese justo momento formas a pasar parte de su lista negra, de persona ingrata, y hasta te tachan de malheducado. Pero, cuando estamos en el bando contrario y somos nosotros los sinceros, hasta sientes que eres mejor persona, aunque algunos... aquello del tacto no lo tienen muy en cuenta.
Prefiero mil veces una amiga sincera de esas que te miran a los ojos y con genio te dicen: " Pero so...." (el insulto lo dejo a vuestra elección) antes que una sonrisa de "dientes, dientes" porque hay que aparentar.
Equivocarse no es malo. De esas equivocaciones nacen las mejores experiencias, pero no vale hacerte la víctima y encariñarte con la pena. Saca esa fuerza que tienes, aunque te cueste.
Puede que la primera impresión de alguien no te convenza demasiado, a veces necesitamos ver esas otras capas con más detenimiento y sangre fría. Tal vez, nos precipitamos demasiado y en el camino nos dejamos muchos diamantes sin pulir por pura apariencia.
No me importa tu voz si lo que vas a decirme es sincero y te nace del pecho, pero cuidado con la intención, que no hay nada más ruín que las palabras con dobleces, pues es como la sal que echas en la herida... escuece.
Tampoco se trata de adular todo el tiempo, eso tampoco es de ser sinceros. Pero no utilices la palabra a la ligera, que ser sincero es difícil aunque pongas empeño. Nunca sabes del mal momento de quien tienes en frente y con una sola palabra puedes alegrarle o amargarlo para siempre.
Y como andamos escasos de todo...y mucho más de tiempo, plantéate ser sincero y pon empeño en lo que de verdad importe. Rodéate de personas que te aporten luz, deja la oscuridad solo para la noche y disfruta de la vida sin reproches.
Y sobre todo recuerda que "la sinceridad de las personas no está en sus palabras, sino en sus actos"
P.D. Aplicable a todos los aspectos de la vida...