Revista Talentos

Sinsentido

Publicado el 21 enero 2015 por Isabel Topham
Las palabras son como las canciones, y sin ritmo no son conducidas a ninguna parte. Miles de expresiones que se emplean significando lo mismo, miles de tonos que te dan a entender qué estará pensando en hacer contigo el receptor. Por ejemplo, no es lo mismo que alguien te diga con un tono agravante "eres un hijo de puta" a que te lo diga por medio de una risa y un pequeño codazo en las costillas.
Puedo no estar en lo cierto pero, me da por pensar que ahora el amor se vende por el tamaño de la polla o las tetas, y no porque de verdad se esté enamorado. Al igual que, un rechazo duele tanto como se quiera a esa persona, no por el hecho de que te hayan rechazado tienes que sentir, obligatoriamente, un dolor extremo que es equiparable a las pocas ganas de comer y muchas horas de sueño que tengas (a pesar de haber dormido lo habitual, o lo suficiente). También, solemos asociarlo con los orgasmos y, sinceramente, para follar no hace falta comprometerse a nadie.
El amor llega sin previo aviso, solo, en silencio. Cuanto más se espere, menos se encontrará. Y, por supuestísimo, queda decir que no porque se tenga pareja ya se está enamorado. Tener pareja y estar enamorado son dos expresiones totalmente distintas que, en muy pocas ocasiones (para nuestra desgracia), van unidas. Al igual que en el amor no influye, en absoluto, el físico de nadie. Cuando te enamoras, te enamoras sin motivos que, incluso tú mismo, desconoces.
He escuchado mil y una vez eso de "joooder, tía. Doy pena, llevo x meses soltera." Estoy, totalmente, de acuerdo contigo. Das pena y no por el hecho de tu estado civil, sino por pensar de esa manera. Acabas de suponer que estando soltero no se puede ser feliz, que tu felicidad siempre debe depender de alguien y, de que, te enamora más el hecho de tener pareja, por puro miedo a saber de nuestra soledad, que por sentir de verdad a la otra persona, por querer a alguien y, denominarla así.
Al igual que necesitamos tener a alguien que nos proteja, también debemos de saber disfrutar de nuestra soledad pues, es la única que nos acompañará siempre. Por muy emparejados que estemos, o enamorados. Estar con ella, es conocernos internamente, darnos una oportunidad, querernos. Antes de saber querer a alguien, hay que sabernos querer a nosotros y, puede sonar a tópico.
Tres cuartos de lo mismo con el odio. Al fin y al cabo, es amar a la inversa y quien nunca haya odiado es porque nunca se ha enamorado. Un ejemplo clave es la guerra, en donde nadie vence, unos mueren y otros pierden la vida (que no es lo mismo). Me explico, ambos bandos se odian a muerte por ello quieren luchar a sangre fría, sin importar a cuántas vidas destruyan por el camino y, cuando uno de ellos pierde, el otro significa que tiene que dejar de luchar porque ya no hay nadie a quien atacar, ni matar. Entonces, ¿qué se siente cuándo tu enemigo muere, si ya no puedes hacer nada contra él? Mientras no sea recíproco, a todos nos duele.
Tanto en el amor como en la guerra, no hay vencedores sino vencidos.

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