Si te digo cuanto tiempo llevo sin leer un libro lo mismo me matas. Por eso voy a pasar de puntillas por ese tema para centrarnos en el último que terminé, hace unas dos o tres semanas. Como puedes ver, y como dice la canción: "La vida teleco es la vida mejor, (la vida teleco es la vida mejor), sin trabajar, (sin trabajar), sin estudiar, (sin estudiar), coooon la botella de ron". No he encontrado frase/canción/chascarrillo que defina mejor mi existencia actual.
Pero esto son bobadas mías que no te interesan lo más mínimo así que voy a hablarte ya de Sinuhé, el egipcio, un pedazo de libro que no te puedes perder. ¿Sigues leyendo?
El autor de este libro es Mika Waltari, escritor finés que no conocía pero que tiene algún otro libro que sí que me suena, como El etrusco. Sinuhé, el egipcio es, sin embargo, su novela más famosa y fue escrita en 1945, hace ya algunos años. "¿Y cómo puedo empezar yo a hablar de esta novela?" me he dicho al empezar esta entrada. Tenía claro cómo no empezar: diciendo que tiene más de 600 páginas. Así que no se me ocurre nada mejor que presentarla con las primeras líneas del propio libro:
“Yo, Sinuhé, hijo de Senmut y de su esposa Kipa, he escrito este libro. No para cantar las alabanzas de los dioses del país de Kemi, porque estoy cansado de los dioses. No para alabar a los faraones, porque estoy cansado de sus actos. Escribo para mí solo. No para halagar a los dioses, no para halagar a los reyes, ni por miedo al provenir ni por esperanza. Porque durante mi vida he sufrido tantas pruebas y pérdidad que el vano temor no puede atormentarme y cansado estoy de la esperanza en la inmortalidad como lo estoy de los dioses y de los reyes. Es, pues, para mí solo para quien escribo, y sobre este punto creo diferenciarme de todos los escritores pasados o futuros.”
Así pues, la historia cuenta las peripecias de Sinuhé, un médico egipcio de la época del faraón Akenatón que nos narra toda su vida desde su exilio a orillas del Mar Rojo. Asistimos por tanto a un recorrido por el Antiguo Egipto, la época de los faraones y de las pirámides, la era de los sacerdotes, los esclavos y los grandes dioses de la Antigüedad. El libro está escrito en primera persona, lo que nos permite ser testigos de excepción de una reflexión completa que Sinuhé, el que es solitario, realiza sobre su propia vida. Y creedme que es una vida interesante... y trágica.
Al igual que me ocurrió con El Médico de Noah Gordon -otra novela histórica que no te puedes perder- he sintonizado muy rápido con el personaje principal. A medida que leía he halagado a Sinuhé, me he preocupado por él, me he removido en mi asiento con cada final de capítulo e incluso le he llegado a tachar de
Otro aspecto que me ha encandilado es el hecho de que la trama no se centra exclusivamente en Egipto. Con Sinuhé recorremos prácticamente todo Oriente Medio: Babilonia, Siria, la Creta minoica o los hititas son algunos de los pueblos que conoceremos de primera mano. Se nos narran sus costumbres, sus fiestas; se nos habla de sus dioses, de sus reyes, de sus vestidos. Se nos presenta cómo los pueblos antiguos empiezan a utilizar el hierro (sobre todo para hacer armas), cómo hacen la guerra entre ellos y todos los ardides diplomáticos que emplean para hacerse con sus objetivos.
Una escena de la película. Me imaginaba a Sinuhé con el pelo rubio y la piel blanca. ¡Qué menos que reflejar el clásico aspecto egipcio!
Es esta sensación de ser partícipes de la historia, de estar viviendo verdadera historia, algo muy de agradecer y que, como amante de la misma, no puedo dejar de comentar. Quizás tenga que ver el hecho de que Waltari la escribiera nada más terminar la II Guerra Mundial y por eso lograra plasmar en su obra el horror de la guerra. Pocos libros han logrado sumergirme tanto a ese nivel, ahora me viene a la cabeza sólo uno: Ciro, el sol de Persia -un día de estos de verano lo reseñaré-.
No me voy a extender mucho más, pero antes quería hablarte de otro personaje genial: Kaptah, el esclavo de Sinuhé. Él es el "hilo humorístico" por así decirlo de la novela, la excusa que tiene el autor para crear un marco dialógico sorprendente y genial. La astucia, la socarronería y el ingenio del esclavo no tienen límites, cuenta con la capacidad de sacarte más de una carcajada en el momento más trágico. Un personaje a la altura del mismo Sinuhé.
En definitiva, es esta una novela que te recomiendo vivamente, seas aficionado a la novela histórica o no. Hay algo que te puedo decir: no soy el mismo que cuando la empecé, allá por los idus de mayo.