Corren pésimos tiempos para los de siempre
Los paraísos terrenales reconvertidos en fábricas de cadáveresLas cartas nos traen certificados de defunción compulsadosde soldados y guerras que no diferencian a los malos
Mujeres y niños eligen morir en un éxodo de desiertossin metralla pero vacíos de humanidad y justicia¿Quién entierra muertos donde solo campan buitresy la arena es camuflaje de dioses del petróleo?
Se admiten apuestas para los bombardeos de mañana¿Nos matarán las bombas de ellos o las nuestras?
Espera¿Hay en el mundo alguien al que podamos llamar nuestro?
Fernando Sabido Sánchez