Fue entonces cuando varios jóvenes abandonaron atropelladamente el paraninfo con aires de suficiencia. Salvador lo haría al terminar, despacio, al ritmo impuesto por su silla de ruedas.
Revista Talentos
—Te sientes invulnerable —continuó Salvador—. Con la arrogancia sudando adrenalina desamparas tu carne entre hierros, ignoras el estrecho lindero entre autopista y autopsia...
Fue entonces cuando varios jóvenes abandonaron atropelladamente el paraninfo con aires de suficiencia. Salvador lo haría al terminar, despacio, al ritmo impuesto por su silla de ruedas.
Fue entonces cuando varios jóvenes abandonaron atropelladamente el paraninfo con aires de suficiencia. Salvador lo haría al terminar, despacio, al ritmo impuesto por su silla de ruedas.