Revista Diario

Sobre ds2019, trituradoras de papel y cosas que se pierden

Publicado el 26 diciembre 2018 por Anamarinosa
El otro día a mi Jorge le pasaron el DS2019 por una trituradora de papel, y fue muy horrible.
El muchacho llegó a la MVA (tráfico de allí) a renovarse el carné, y le dijeron que tenían que verificar su estatus de inmigrante otra vez: llevar dos años en el país, pagar impuestos y tener visado en regla no vale. Total, que una le cogió el papel, se lo llevó, volvió sin él, confesó que lo había triturado porque ellos son mucho de triturar cosas y que lo sentía. Yo creo que no lo sentía, que era un sentir de mentirijillas: estos se disculpan siempre mucho porque es lo que pone en el manual, pero digo yo que si eres un funcionario de la oficina A del gobierno y coges un documento oficial de la oficina B del gobierno, pues no te da por pasarlo por una trituradora de papel sin preguntar.
Pero es que ahí no queda todo. A mi Jorge le trituraron el DS unos tres días antes de viajar a España por vacaciones, porque estas cosas no suceden en mitad de febrero, que no te vas a ningún sitio y no pasa nada porque te trituren un documento que necesitas sí o sí para volver a entrar en los Estados Unidos. Mi Jorge fue fuerte, lloró un poco, y llamó a California a la que nos lleva los papeles a ver qué hacíamos. Nos mandaron otro DS por mensajería esa misma mañana. 
Pero ahí tampoco queda todo. Este segundo DS tenía que llegar el jueves, y no llegó, luego tenía que llegar el viernes y tampoco llegó. Lo recogí yo de una oficina muy grande de Fedex el sábado, siete horas antes de que saliera el avión, porque nos encanta vivir al límite en lo que a coger aviones se refiere. Monté un poquito de pollo porque era todo muy surrealista; se les había perdido la carta en algún lugar entre el aeropuerto y la oficina de los paquetes, y no había manera de que la encontraran. Se disculparon muchas veces porque deben de tener el mismo manual de disculparse que la de la MVA, y yo grité un poco para desahogarme. 
Pero ahí tampoco queda todo. El DS no se puede sacar por cualquier impresora, que lo fácil sería que lo manden por correo electrónico y te lo imprimas en casa, que digo yo que ya nos tienen más que fichados. Pues no, lo tiene que sacar una agencia especial del gobierno, que es la que decide si eres guay o no eres guay para entrar en el país.  
¿Y qué agencia es esta? Pues una que está dentro de la parte del gobierno que Trump ha cerrado porque no le dan pasta para hacer el muro. 
La de California, que es muy avispada, pensó que con este panorama si no aparecía la carta era una movida: imprimió un tercer papel justo cuando vimos que no llegaba el segundo, y lo mandó directo a Madrid. Me acaban de llamar los de Fedex que en un rato se pasan, pero yo hasta que no tenga el sobre en mis manos no me lo creo. 
Pero ahí tampoco queda todo: justo antes de toda esta movida los de British nos cancelaron el vuelo de vuelta el día 1 de enero porque sí. Bueno, porque sí no, que sus razones tendrán, que no creo yo que esta gente cancele vuelos así sin pensarlo. El tema es que no nos avisaron mucho, y nos venía mal tener que pasar dos horas al teléfono para que  nos dieran otro vuelo decente el mismo día. Mi Jorge lo consiguió, pero dice que ahora no entiende bien el inglés de Inglaterra con acento indio.
Pero ahí tampoco queda todo. Llegamos a Barajas después de todas estas peripecias y ¡bum! nos pierden una maleta con todas mis bragas, mis calcetines, mis camisetas y mis jerseys. Y cuando no has domido en una cama y te pierden todas las bragas que tienes a mano te pones de muy mal humor. 
La maleta apareció unas cinco horas más tarde y también tuve que gritar un poco. Bueno, no grité, dije que iba a gritar, que iba a montar un pollo de dimensiones bíblicas y que ojito conmigo que llevaba una semana  muy mala. Algo se debió de oler la de Iberia porque a los diez minutos apareció la maleta y fin del asunto. 
Mi primi dice que no es para tanto, que tampoco ha sido una semana tan horrible, pero yo sé que lo dice con la boca pequeña. Porque mi primi es muy primi y sabe que me pasan unas cosas muy raras y que yo me lo tomo con humor, aunque hay veces que es un poquito demasiado y se me resiente el cuerpo.
Ayer nos llegó un paquete a casa de mis padres cuanto estábamos allí comiendo y no nos lo podíamos creer. Con eso lo digo todo. 

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