Hay muchas respuestas y muchas opiniones. Se podría decir, tal vez, que toda la literatura es arte, aunque la hay de poco valor. O quizás otro diría que absolutamente no, que la Literatura en mayúsculas es algo extraño hoy en día y queda prácticamente relegado a los clásicos. Después de mucho meditarlo, creo que yo me encuentro en un término medio entre esos dos extremos.
Llegamos así al meollo de la cuestión: el estilo. Creo que en la literatura juvenil hay un problema y es que en algunos casos, los escritores se centran únicamente en lo que cuentan y no en cómo lo cuentan. Faltan descripciones, tanto de lugares físicos como de emociones, falta profundidad en el trato que se le da a los personajes... En mi opinión y para mi gusto, por supuesto. No hablo de descripciones de cuatro páginas que hacen que te salgan llagas en los ojos, pero sí una pincelada aquí y otra allá. El arte, de hecho, ha estado asociado siempre a la belleza, y en literatura, esta nace del juego del autor con las palabras. Las palabras son su herramienta, pero también su fin. Es ese juego con la lengua lo que va a conseguir que una novela sea realmente bella, artística.
Es similar a lo que pasa en el cine: ¿considerarías arte películas como Epic movie? Ponedla al lado de films como Amélie o The artist y las diferencias son claras. Yo no puedo considerarlo arte. Es entretenimiento. Eso no significa que sea mejor o peor, simplemente que tiene unas pretensiones diferentes. El arte busca despertar emociones en aquel que lo observa, mientras que el entretenimiento busca hacerle pasar un buen rato. ¡Y está bien! Hay tiempo para todo, para el arte y para la desconnexión. Todo es necesario.
Y sin embargo, ¿no os ha pasado nunca que habéis leído una novela y habéis tenido la sensación de que si bien la historia era interesante y correcta, el conjunto tambaleaba? Quizás es sólo cosa mía, que me gustaría encontrar algo donde no tiene que haberlo porque, simplemente, no era la voluntad del autor. Hay muchos libros, por suerte, que cuidan el estilo y que a la vez te hacen pasar un buen rato. No son conceptos excluyentes.
Claro que no hay que exagerar; no vamos a esperar que en un libro de aventuras el autor se pase diez páginas describiendo lo bonito del paisaje donde pronto va a haber una batalla. No es lo que interesa. Hay que adecuar el estilo a la historia, porque esa es la gracia: cada novela tendrá un estilo diferente. Realmente, lo importante no es si el libro entra dentro del concepto de arte o no, siempre y cuando tenga cierta calidad literaria en conjunto. Es a lo que me refería al decir que a veces no se cuida el cómo se cuenta. Cuando eso ocurre, la calidad literaria de la novela baja. En inevitable. Y al contrario: una historia sin nada especial puede ganar muchísimo con un estilo bonito y cuidado. Por supuesto, también puede pasar que se intenta cuidar tanto el estilo que se termina por crear algo pastoso, denso, demasiado cargado. Para mí, eso tampoco es positivo.
Os preguntaréis... ¿y todo esto a qué viene? Hace días que tengo el tema del arte y la literatura en mi cabeza y me he dicho que lo mejor sería crear un debate y conocer más opiniones. ¡El diálogo siempre es positivo! Así que he venido a soltaros un discurso que quizás ni interesa. ¿Habré parecido pedante intentando diferenciar lo que es arte y lo que no? Si os ha dado esa impresión, mis disculpas. Mi único objetivo era hablar sobre la concepción que tenemos de la literatura y lo que nos hace valorarla. No he entrado en qué es mejor o peor, porque eso es algo personal. A mí me gustan las descripciones, pero a otro tal vez le sobran todas. Me gustan las novelas que entretienen y si tienen algo de artístico, mucho mejor, aunque a otra persona a lo mejor no le importa más la historia que cómo esté narrada.
Son opiniones, tan variadas como los colores y todas deben ser respetadas. ¡Faltaría más! Así que animaos y decid la vuestra. El debate está servido.