No me reconozco en la imagen que se quiere dar de la juventud,
no comprendo por qué no he decidido meterme en una hipoteca que me lastre el vuelo,
tampoco que no tenga ni televisión LCD, 3D ni nada parecido,
vivo ajeno a lo que me rodea, quizás a la antigua, quizás a mi manera.
El tamiz de la sociedad es demasiado estrecho para que quepamos todos,
lo malo es que cuando no estás entre los elegidos te sientes extraño,
nunca sabes si eres tú el que se equivoca o el resto.