Sociedad Joviana

Publicado el 05 marzo 2018 por Tzimize @tzimize

En la Repúbica, la ciudadanía no es un derecho. La sociedad Joviana se divide en dos grandes grupos; ciudadanos, civiles. Los civiles son todos a quienes se les haya permitido la entrada legalmente en el sistema, y disponen de derechos limitados... siempre y cuando la autoridad no quiera contravenirselos. Los ciudadanos al contrario, son sujetos respetados en la República. Un mayor de edad (15 años) nacido en la República, o un extrangero pueden servir durante 4 años en la Fuerza Espacial o en el Cuerpo de Defensa Civil para ganarse la ciudadania.

El servicio son 6 meses de formación básica, 6 meses de entrenamiento espacializado, y 3 años de servicio activo. Muchas de estas asignaciones son para puestos tales como ingeniería, medicina, y servicios burocráticos (roles no solo marciales)

Después de servir durante cuatro años, se otorga la ciudadanía, aunque un alto grado opta por continuar en el servicio, ya que la sociedad en general, y sobre todo al conseguir trabajos, se prima el tiempo pasado en el ejercito. La ciudadanía puede ser revocada, pero solo con infracciones penales importantes (asalto, asesinato...) volviendo a ser civil.

Los civiles tienen derechos limitados. P.ej, no tienen libertad de expresión, pueden ser

detenidos o confinados en sus dependencias por las autoridades sin justificación, se les puede prohibir el acceso a ciertas áreas (negocios, instalaciones sensibles...), la compra o alquiler de vivienda les puede ser prohibida en ciertas zonas, y no tienen prioridad en el transporte público o aforos limitados. Tampoco alcanzan los mejores puestos de trabajo (aunque no lo tienen prohibido, si no que es su estigma social).

Los civiles que han alcanzado cierta edad son relegados a un estado de segunda clase dentro de la República y en general se consideran irresponsables o cobardes. Un adulto que no es ciudadano ha fallado a la República y este estado no solo se refleja en la malla, sino también en las interacciones sociales.

Debajo de los civiles están los parias, delincuentes y civiles que no apoyan a la República, o elevados e infomorfos cuando estos se permiten existir (caso en el que no tienen derechos, e incluso matarlos se trata como un delito de daño grave, no como asesinato u homicidio).

La República tiene su propio sistema de identificación ciudadana, distinto al SAPIENT del Consorcio Planetario, y mas basado en la biométrica.

La República no reconoce los derechos de prensa y reunión. El primero es un asunto militar en el que el Senado cede ante el Consejo de Seguridad. Se ha argumentado que una prensa abierta dejaría la República abierta a ataques memeticos que minarían el espíritu de lucha. Por esto, todos los medios de comunicación están sujetos a monitoreo y revisión por los censores del Consejo de Seguridad. Los medios externos están estrictamente prohibidos.

La prohibición de asamblea libre se deriva de la ley marcial de seguridad implantada en los primeros días de la República tras la Caída. Desde ese tiempo muchas de las otras restricciones implementadas han sido eliminadas, pero la prohibición de reuniones públicas se mantiene. Cualquier reunión pública de mas de 20 personas es ilegal y será disuelta por el CDC.

Por contra, los ciudadanos tienen libertad absoluta de expresión. Si bien hay leyes contra la sedición bastante estrictas, simplemente criticar a la República no causa problemas a un ciudadano mientras todo se quede en la opinión política. Los medios, activistas e incluso La iglesia suele ser bastante criticas con Senado y gobernadores. Si bien, cuando la disidencia política individualse convierte en hechos de resistencia, y especialmente si se convierte como oposición organizada entre varias personas, el CDC actua implacablemente.

Los ciudadanos no son prisioneros de la República, sin poder moverse por el sistema solar si lo desean (los civiles si). Cualquier ciudadano puede solicitar un visado para salir del sistema Joviano, aunque el proceso es largo, molesto, y se rechaza con frecuencia salvo que el solicitante tenga un motivo firme para justificar el viaje. Incluso dentro del sistema Joviano, Europa necesita visado para ir a ella, pero se conceden sin problemas.

A la vuelta, los ciudadanos pueden esperar una evaluación y preguntas inquisitoriales sobre sus actividades externas.

Para los extranjeros, entrar a la República es un proceso difícil. Los permisos deben tener un buen motivo para solicitarse. Representantes de hypercorps suelen tener facilidades para entrar, mientras que los autonomistas son dejados fuera.

Ciertos morfos, modificaciones y equipo se consideran contrabando, incluyendo las musas. Siempre es recomendable vigilar bien la lista para no tener problemas en el control de aduanas.

Los extranjeros no tienen derecho a la privacidad en el sistema Joviano, pueden ser registrados y monitorizados a voluntad, se puede solicitar la lectura de su pila cortical si hay sospecha de actividades ilegales, y a todos se les instala un software tipo musa, un mentor, que proveerá de forma controlada los mismos servicios que una musa (mas primitivo y básico como producto), pero informa a las autoridades a tiempo real de todos los movimientos y actividades del extranjero.

Los huespedes también pueden recibir dos status especiales; "Extranjero registrado", que les da más o menos los mismos derechos que un ciudadano, y "Extranjero protegido" que no da privilegios especiales, pero ofrece algunos derechos extra para extranjeros a los que correspondería ser tratados como parias (elevados, infomorfos, o indeseables variados) pero que por razones políticas o comerciales se desea que operen en la República. Ni siquiera el status de extranjero protegido puede permitir la entrada en la República de una IAG, que están totalmente prohibidas.

Tanto salientes como entrantes tendrán que buscar pasaje en un crucero a su destino, lo que nunca existe de forma rutinaria. Los viajes espaciales, al no existir las instalaciones de teleyección, son caros y muy poco disponibles. Las colas de embarque son largas y con molestos procedimientos de seguridad.

No se puede separar lo social de lo político, pero la sociedad Joviana, al margen de sus opciones políticas, puede segmentarse en grandes grupos según sus opiniones en el eje del bioconservadurismo (adoptar o no la tecnología transhumana) y el militarismo (combatir o no la transhumanidad)

La Iglesia actúa como fuerte guia de los creyentes. Su preocupación es ofrecer orientación espiritual. Enfatizan las implicaciones morales de la tecnología sobre la humanidad. A pesar de que la Iglesia no tiene la influencia de los militares, pero son muy populares en la República, lo que les convierte en una fuerza política de primer orden. Aunque son un bloque social del eje de lo religioso, su opción es una fusión de reclamacionismo y determinismo, en su mayoría.

Los deterministas miran a largo plazo. Ellos creen que la transhumanidad (los que no son Jovianos)

está condenada a desaparecer. Por eso creen que la República debería fortalecer sus defensas y esperar que la transhumanidad se esfume. Una vez que la amenaza haya pasado, la humanidad podrá reclamar el sistema solar, retomar la Tierra, y reconstruir la civilización de la manera correcta.

Creen en un desarrollo tecnológico lento y constante, potenciar la defensa, y aislarse para evitar memes potencialmente infecciosos. Se oponen a los planes expansionistas por verlos demasiado arriesgados.

Los expansionistas promueven una política exterior bélica. No creen que la transhumanidad se vaya a disipar sola como creen los deterministas, si no que habría que combatirla tomando su espacio. Su agenda ideal es dominar el sistema Joviano y a futuro expanderse por el sistema exterior (Siendo la Commonwealth su principal oponente en el sistema exterior).

Según su hoja de ruta ideal, primero se eliminarían las amenazas cercanas ( Europa, Hyoden...) para luego asentar defensas mas amplias e incluso idealmente tomar el sistema interior dentro de algunas generaciones (de vencer a Marte, el resto del sistema interior caería).

Dentro de los expansionistas, los llamados Halcones creen que la acción debe ser inmediata. Creen que la República está siendo superada rápidamente por la competencia. Donde la tecnología transhumana se desarrolla exponencialmente, la República progresa en un goteo prudente. Donde los transhumanos pueden clonarse y bifurcarse, y fabricar vainas y sintemorfos, la República se reproduce lentamente, por lo que en pocas décadas no habrá oportunidad de enfrentarse a los transhumanos. La única salvación de la República bajo su punto de vista es actuar ahora, atacar mientras tienen ventaja.

La recuperación de la Tierra es algo que ronda la idea de los jovianos aunque no se hable de ello por su escasa viabilidad. La Iglesia juega un papel importante en este discurso de recuperar la Tierra. Habiendo salido de la Caída diezmado en términos de seguidores, pero con la mayoría de sus finanzas intactas, son un importante mecenas de las causas de los reclamacionistas en todo

el sistema solar. Apoyan particularmente las misiones que pretenden rescatar a los supervivientes de

la Tierra, presumiblemente congelados como infomorfos en estaciones de teleyección de la que nunca llegaron a salir. Naturalmente, tienen buen entendimiento con Vo Nguyen, en la órbita terrestre.

Los reformistas toman una postura liberal sobre la tecnología transhumana. Aunque también fomentan la seguridad y la precaución, argumentan que la República es tan prudente que es un perjuicio para el bienestar de sus ciudadanos. Proponen liberalizar ciertas tecnologías, buscando mejorar la salud, reducir la pobreza (nanofabricación) o incluso los mas reformistas, los que eliminarían la muerte.

(pilar corticales, backups). Son vilipendiados por la mayoría, y son muy pocos, pero su número ha crecido en los últimos años, y son apoyados por las corporaciones jovianas e hypercorps del sistema interior. Los activistas reformistas han intentado recabar el apoyo de las clases pobres de la República, pero parece ser que los pobres tienen mas miedo de la transhumanidad que de la desigualdad social que les condena.